Hasta ahora la creencia popular era que Letizia mantenía una pésima relación con Juan Carlos I, pero con la reina Sofía el trato era distinto. Se decía que, incluso, había cierto afecto después de unos años de convivencia. Pero estas no son más que palabras positivas para cubrir la realidad y disminuir el impacto negativo que han tenido ciertos hechos sobre la Casa Real. ¿Cuál es la prueba? Una humillación pública donde hubo frases subidas de tono.
Lo cierto es que la opinión sobre Letizia y la reina Sofía dio un vuelco en 2018 con la escena protagonizada por ambas en la puerta de la catedral de Palma. La mujer de Felipe VI forcejeaba para impedir la foto de Leonor y Sofía con su abuela, demostrando que entre suegra y nuera no había ningún tipo de cariño. Esta situación viene de lejos, a pesar de que, de cara a la galería, han intentado hacer creer que viven en armonía. Con el tiempo hemos sabido que no es más que ficción, pues han dejado notar su tensión en eventos públicos en más de una ocasión.
Desde Zarzuela han querido quitar hierro al asunto, excusando el comportamiento y brindando fotografías de unión posteriormente. Sin embargo, hay momentos que no han llamado tanto la atención y que siguen registrados. Como el verano de 2016 en el palacio de la Almudaina en Mallorca, cuando la asturiana pasó delante de la reina emérita sin detenerse a saludar o dar algún reconocimiento de su presencia siquiera. Además de los desaires que te hemos comentado, hay uno más que recuperó una publicación reciente. Lo describimos en las siguientes líneas.
Letizia le habla mal a la reina Sofía en un día de compras
¿De dónde provienen los celos de Letizia hacia Sofía de Grecia? Una de las teorías es que la mujer del monarca actual se siente amenazada por el cariño que todavía sienten por Sofía, quien es considerada una reina gentil y tiene mucho apoyo. Lo cierto es que Jaime Peñafiel rescató un incidente humillante de hace años entre las reinas y que sigue delatando su mala relación.
Parece que, ya estando casada, la que fuera periodista dejó de obedecer la jerarquía y se sentía capaz de pasar por encima de su suegra. En Los silencios de Letizia, Peñafiel relata que, en ocasiones, tenían que ir las dos de compras. Una tarde en Palma de Mallorca, en 2006, la emérita estaba viendo piezas en una joyería del casco histórico. Y la princesa que iba con Leonor en brazos ya estaba harta de caminar e ir de tienda en tienda, por lo que le gritó desde la puerta que quería irse. Más adelante, en una tienda de niños, le dijo: "Venga, vámonos ya", seguido de una frase inapropiada.
Según cuentan, el origen de los desencuentros pueden estar motivados por la falta de apoyo cuando la joven se unió a la familia. Los eméritos no querían que su hijo se casara con una plebeya y él siguió adelante, sin importar su pasado o ser expulsado de la realeza. Tiempo después, Letizia tuvo la oportunidad de negarle visitas a la reina Sofía y poner obstáculos para que no viera a Leonor y la infanta Sofía.