La reina Sofía es la única que se mantiene dentro de la institución. El resto de la familia quedó apartada cuando les salpicó el caso Nóos. Ella se mantiene en los Presupuestos Generales del Estado. Letizia y Felipe la utilizan cuando ellos no llegan a algún acto en concreto. No quieren darle muchas funciones debido a su edad, de hecho, ya han hablado de su jubilación a sus más de ochenta años. Es momento del descanso.
En pleno verano, la reina Sofía ha cerrado su agenda de compromisos institucionales, y ya está totalmente libre para iniciar sus vacaciones. Por norma general a partir del 15 de julio se marcha a Palma de Mallorca con su hermana Irene de Grecia y no vuelven hasta finales de septiembre. El gobierno balear cedió el palacio de Marivent a la familia real para que disfrutase de sus vacaciones de verano siempre y cuando promocionasen el turismo en la isla y la utilizaran un número de días al año. Es común ver a toda la familia en verano, sin embargo ya no juntos. Felipe y Letizia no quieren encontrarse con el resto de la familia, por ello se alojan en la masía de Son Vent.
Felipe y Letizia envían todos los años a Sofía para mantener la propiedad a su nombre, sin embargo, pronto la emérita podría quedarse también sin Marivent. La mujer de Juan Carlos ha encontrado paz y tranquilidad en este lugar idealizado. Se encuentra más relajada que en Zarzuela, como si no fuese reina y pudiese disfrutar de ser una ciudadana más.
La reina Sofía podría perder Marivent
1963, Juan de Saridakis, su verdadero propietario, escribió en su testamento que cedía Marivent al gobierno balear. El legado incluía su impresionante colección de arte, con obras del pintor Santiago Rusiñol y del mismo Saridakis, esculturas de Mounier y una apreciable colección de cerámica. Para poder conservar este patrimonio artístico, Juan puso una condición, que en Marivent se albergase un museo. Pero el gobierno balear no respetó su única voluntad y cedió el palacio a la monarquía española como residencia veraniega.
Según el testamento, si el palacio no se aprovecha para la ciudadanía debería devolverse a sus originales herederos. Partidos de izquierda han pedido en varias ocasiones que se le dé el uso que le corresponde y se lo quiten a los reyes. A la emérita le dolería mucho perder un palacio que ella considera como su casa.
Sin embargo, las visitas de la familia cada vez son menores y un tiempo reducido. Pasan menos días al año en la isla y su mantenimiento es demasiado caro, 200.000 euros anuales, solo en mantenimiento básico y pago al personal de servicio habitual.