La reina Sofía ha quedado relegada a un segundo plano totalmente desenfocado. Letizia ha conseguido hacerle sombra. Aunque la emérita nunca fue desplazada de la imagen de la corona, aún continúa en los Presupuestos Generales del Estado, sus funciones son cada vez menores. En parte por su edad. Ahora la actual reina se ocupará de los viajes internacionales con la ausencia de Leonor y Sofía.
Las dos reinas han tenido muchos rifirrafes a lo largo de todos estos años. En parte por el choque de caracteres de ambas. Dicen que son totalmente opuestas, pero realmente son muy parecidas. Las dos son personas muy exigentes y cumplen con las normas de la institución, no se saltan ni una sola regla, siempre con el protocolo por delante. Aunque en las distancias cortas, Sofía siempre ha sido más cercana que Letizia, algo que ésta última está intentando arreglar con la nueva imagen de la corona.
La reina Sofía exige la reverencia, incluso a su familia
Aunque ya no sea reina, sino emérita, para Sofía es muy importante la reverencia. Obligaba a todo el mundo a realizarla. Incluso en la intimidad. De hecho, sus hijos aún la saludan de la misma forma. La jerarquía ha sido siempre muy importante para la mujer de Juan Carlos. Incluso su hermana la trata siempre siguiendo el protocolo.
La princesa griega, que lleva más de cuatro décadas afincada en Zarzuela, siempre ha tratado a su hermana con respeto, por encima del resto. La llaman “señora”. Para Sofía ser reina lo es todo. Ha sido su papel más importante, incluso más que el de madre.
A día de hoy sigue siendo reina, aunque ahora mismo su papel fundamental sea el de madre del rey y abuela de la futura reina de España. En todas sus apariciones se muestra complaciente y sonriente, una imagen que muchos creen que es impostada, ya que su relación con Letizia es totalmente nula.
Ella es siempre reina. Exige a todo el personal de servicio y a la familia, así como amigos cercanos que le hablen de usted. La llaman “alteza” y le hacen la reverencia como saludo.