La reina Sofía ha pasado por tiempos difíciles y una historia de amor no correspondido la ha marcado profundamente. A pesar de su enamoramiento por Harald de Noruega, este la consideraba solo como amiga y la utilizó para conquistar a su actual mujer, el amor de su vida. Obligada por circunstancias políticas y familiares, Sofía tuvo que casarse con Juan Carlos I por obligación de la reina Federica y Juan de Borbón. Las infidelidades de Juan Carlos, la han transformado en un personaje victimista. Ha sido humillada y traicionada por la prensa internacional. A pesar de sentirse traicionada, Sofía ha debido soportar en silencio estas circunstancias, aunque en cierto momento hizo las maletas y se marchó a India con sus hijos, buscando refugio con su madre. Sin embargo, el escándalo que habría causado su permanencia en India la llevó a regresar a Zarzuela, aunque esto no significó un verdadero retorno, sino más bien una vuelta simbólica.
Irene se convirtió en el apoyo más importante de la reina Sofía
En medio de este difícil panorama, la reina Sofía ha encontrado en su hermana, Irene de Grecia, un apoyo incondicional. Mientras enfrentaba las consecuencias de las infidelidades de Juan Carlos I, el escándalo de Iñaki Urdangarin y los divorcios de sus hijas, Sofía ha sentido la soledad y el aislamiento del mundo, encontrando en Irene su única compañía verdadera. Desde hace años, las dos hermanas comparten residencia en una parte del palacio de La Zarzuela, donde Irene ha sido su apoyo durante cuatro décadas. Llegó a palacio por unos días, pero finalmente se quedó a vivir allí al no encontrar un pretendiente con el que formar una familia. En un primer momento, la reina Federica intentó emparentar a Irene con Juan Carlos.
La reina Sofía e Irene se han vuelto inseparables. La rutina diaria de las hermanas refleja su estrecha relación. Irene, la primera en levantarse, disfruta de paseos matutinos por los jardines y sesiones de meditación, mientras que ambas comparten el desayuno, adaptando sus preferencias alimenticias para respetar la elección vegana de Irene. Aunque duermen en habitaciones separadas en la zona privada de El Pardo, Irene y Sofía comparten un espacio que fue adaptado específicamente para su convivencia, donde incluso llegaron a compartir cama en sus primeros años juntas.
Juan Carlos y Sofía no compartían habitación. Solo dormían juntos para engendrar a sus hijos. Si Felipe hubiese nacido el primero, no se hubiesen acostado más. Cuando descubrió las infidelidades, la madre de Cristina, Elena y Felipe decidió instalarse en la casa adosada construida para su hermana. Vivían en soledad, apartadas del mundo. Un invitado de Zarzuela buscaba el baño y entró en sus aposentos, donde se las encontró con la luz apagada viendo la televisión.