En los últimos meses, los vientos de reconciliación han empezado a soplar en el seno de la familia real española. Durante años, las tensiones y distanciamientos entre los miembros de la familia han sido evidentes, con muchos señalando a la reina Letizia como el catalizador de estas fracturas. La figura de Letizia, vista por algunos como la responsable de ciertos cambios dentro de la monarquía, ha sido objeto de críticas y controversias, especialmente en relación con su trato hacia los reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía. Sin embargo, lo que parecía ser un conflicto sin solución ha tomado un giro inesperado, y en el centro de esta reconciliación se encuentra la reina Sofía.
Durante años, la relación entre Letizia y sus suegros ha sido distante y marcada por una fría cordialidad en público. En privado, la situación era más tensa. Letizia, una plebeya y divorciada, no se ajustaba a las estrictas expectativas de la realeza, lo que generaba fricciones desde el inicio. Aunque Letizia optó en sus primeros años por el silencio y la discreción, los resentimientos acumulados finalmente se tradujeron en acciones calculadas. Su objetivo: limpiar la monarquía de cualquier mancha de corrupción y comportamientos cuestionables que pudieran amenazar el futuro reinado de su hija, la princesa Leonor.
Letizia pierde su influencia en Zarzuela
Letizia presionó hasta lograr apartar a Juan Carlos I y a las infantas Elena y Cristina del núcleo central de la familia. Además, relegó a Sofía a un segundo plano, desmantelando la monarquía tal como se conocía.
No obstante, los papeles se intercambiaron finales del año pasado. Las revelaciones de Jaime del Burgo sobre presuntas infidelidades de Letizia hacia el rey Felipe VI debilitaron significativamente la posición de la reina consorte. Ante esta situación, la corona decidió proyectar una imagen de unidad familiar para contrarrestar la mala prensa. Y en este contexto de reconciliación, la reina Sofía ha conseguido cumplir un deseo que llevaba años anhelando: reunir nuevamente a sus tres hijos.
La reina Sofía cumple el deseo que tenía antes de morir
La distancia entre Felipe y sus hermanas había sumido a Sofía en una profunda tristeza, pero ese distanciamiento finalmente llegó a su fin. Sofía logró juntar a Felipe, Elena, y Cristina en una misma fotografía, algo que no ocurría desde 2018. Además, verlos compartiendo la misma mesa, como en los viejos tiempos.
Tal era su felicidad que, antes de salir de Zarzuela para poner rumbo al evento, no pudo contener las lágrimas. La reina Sofía, conmovida por este reencuentro tan esperado, derramó lágrimas de alegría en la Zarzuela la mañana de aquel sábado, acompañada también por la emoción de su hijo Felipe VI, quien compartió con su madre ese momento tan especial.