La reina Sofía es la única persona de la familia real que se mantiene en los Presupuestos Generales del Estado. Felipe y Letizia le otorgaron funciones mínimos dentro de la institución. Por su matrimonio fallido, la emérita se ha desvinculado totalmente de Juan Carlos, y por tanto de sus múltiples polémicas. Este es el principal motivo por el que a la madre del rey se le ha dado otra oportunidad. No obstante, su nombre no ha estado exento de polémica, como el del resto de familiares, aunque siempre por culpa del exmonarca.
Se habló de cuentas opacas vinculadas con los eméritos y otros familiares entre los años 2016 y 2018. Muchos de los gastos que figuran en esta tarjeta están vinculados con Reino Unido, es decir, que la única que podría haberlos hecho es la reina Sofía, quien viaja constantemente a Londres para visitar a su hermano Constantino, quien vivía allí desde su exilio. Sin embargo, los gastos figuran únicamente de Juan Carlos I.
Fuentes de palacio protegieron la figura de la exmonarca. “No se ha movido del palacio de la Zarzuela salvo para cumplir con su agenda", explican al medio. "Se encuentra mal con una gran preocupación e inquietud y muy triste por las informaciones que se han publicado". Además, destacan que la reina "lamenta la facilidad con la que se filtran estos asuntos".
La reina Sofía nunca utilizaba tarjetas de crédito ni dinero en efectivo
La reina Sofía encontró protección y el amor que demandaba a su familia en Reino Unido. Se sentía una más, así la acogieron. Tenía grandes amigos. Normalmente siempre viajaba a finales de año para realizar las compras de Navidad. Allí compraba todos los regalos para sus hijas y sus nietos. Lo hacía en el exclusivo Harrods, o en el más económico Selfridges. Según Antonio Montero, “entraba por la mañana y podía estar allí hasta el cierre. Me llamaba la atención que durante los años que la seguíamos su estancia era muy monótona. No acudía a museos, ni a espectáculos importantes, ni a restaurantes de moda. Entraba en los almacenes y pasaba las horas mirando libros infantiles, perfumes, ropa.... No compraba cosas exclusivas que no hubiera en España. Por ejemplo, se llevaba pañuelos de Loewe o ropa muy normal. Nunca la vimos con su hermano o sus sobrinos griegos”. Siempre vigilada por sus escoltas, un coche la recogía en la puerta.
Tal y como ha podido saber Vanitatis, “salvo excepciones, doña Sofía no utiliza dinero en efectivo ni tarjetas. Como es natural, en los viajes privados nunca va sola y quien paga es alguna de las personas de su séquito, que suele ser muy reducido. Ellas son las que se encargan de las facturas y después, al llegar a Madrid, se ajustan los números y se descuenta de su asignación. Nunca la he visto con tarjeta”, confirman.