En 2019 a Juan Carlos I le salpicó otro turbio asunto más, el de las tarjetas Black. Se inició una investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción. Estaban vinculadas al extranjeros y las utilizaban algunos miembros de Casa Real como los eméritos o algunos miembros de la familia, como Froilán. Tarjetas que se habrían usado entre los años 2016 y 2018 y con las que se habrían hecho movimientos a Reino Unido. Por las fechas, algunos medios de comunicación destapan que estos pagos solo los pudo hacer el emérito.
Según aseguran fuentes cercanas a Vanitatis, la reina Sofía se quedó a cuadros cuando saltó la noticia: “No se ha movido del palacio de la Zarzuela salvo para cumplir con su agenda y apoyar con su presencia en diferentes puntos de España. Se encuentra mal con una gran preocupación e inquietud y muy triste por las informaciones que se han publicado. Estas diligencias se trasladan a la Fiscalía del Supremo y todo es muy raro. Extraña la facilidad con la que se filtran estos asuntos”, aseguraban dichas fuentes.
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La reina Sofía nunca usaba tarjetas de crédito
La reina Sofía viajaba con asiduidad a Londres porque allí vivía su difunto hermano Constantino con su mujer y sus hijos, hasta que estos fueron independientes. La relación de la emérita con Juan Carlos no iba bien, nunca le quiso, y en su tiempo libre se sentía querida en Reino Unido.
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La monarca no viajaba tanto como se hizo creer. A finales de año siempre acudía a Londres para comprar los regalos para sus nietos y sus hijos. Lo hacía en el exclusivo centro Harrods, o en el más económico Selfrigdes. Según Antonio Montero, “entraba por la mañana y podía estar allí hasta el cierre. Me llamaba la atención que durante los años que la seguíamos su estancia era muy monótona. No acudía a museos, ni a espectáculos importantes, ni a restaurantes de moda. Entraba en los almacenes y pasaba las horas mirando libros infantiles, perfumes, ropa.... No compraba cosas exclusivas que no hubiera en España. Por ejemplo, se llevaba pañuelos de Loewe o ropa muy normal. Nunca la vimos con su hermano o sus sobrinos griegos”. La reina Sofía estaba siempre vigilada por escoltas y le venía a recoger un coche. No hacía más movimientos. Todo estaba controlado.
Tal y como ha podido saber Vanitatis, “salvo excepciones, doña Sofía no utiliza dinero en efectivo ni tarjetas. Como es natural, en los viajes privados nunca va sola y quien paga es alguna de las personas de su séquito, que suele ser muy reducido. Ellas son las que se encargan de las facturas y después, al llegar a Madrid, se ajustan los números y se descuenta de su asignación. Nunca la he visto con tarjeta”, confirman.