La reina Sofía siempre ha priorizado su faceta como monarca como madre o como persona. Los que la conocen bien saben que siempre se ha dado a la institución, de hecho, a día de hoy, a sus 85 años, todavía se mantiene en firme en Casa Real, aunque con un papel más residual, en calidad de emérita. No obstante, ella siempre quiere que se respete la jerarquía. Morirá reina, y quiere que se la trate como tal. En el servicio y en su propia familia obliga a todos que le hagan la reverencia y la traten de usted, una norma que Letizia se salta a la tolera para demostrarle que la reina ahora es ella.
Los que conocen bien a la reina Sofía siempre han dicho que es una mujer muy maniática, estricta del orden y la limpieza. La emérita es una mujer muy agradable en las distancias cortas, pero también muy exigente, especialmente con el servicio. Cuando una cosa no le gusta no tiene ningún remordimiento a la hora de decirla alto y claro. Y si algo está mal manda repetirlo. Algunas veces el personal de servicio ha tenido miedo y se han llegado a sentir muy mal.
La reina Sofía es una mujer muy escrupulosa y exigente con ella y con los demás
Se dice que es una persona muy estricta. "La reina no acepta consejos y raramente se queja. Sin embargo, es inflexible con el servicio; si nota que una prenda no está correctamente planchada, simplemente la arroja al suelo", explica Pilar Eyre en su artículo titulado 'No es por maldad'. Es conocida por su exigencia consigo misma y con los demás, destacando su sentido de la responsabilidad.
Tanto en Zarzuela como cuando tiene un viaje internacional, la reina Sofía pide que se cumplan todas sus comodidades. Su grupo de asesores y personal de seguridad se encarga de que todo esté en orden en los hoteles y transportes. Todo limpio y en perfectas condiciones.
Según el testimonio de alguien que formó parte de su equipo de peluquería al principio, "si accidentalmente le tirabas del pelo, no decía nada, pero la mirada... uff, la mirada...". Un recuerdo que aún le produce "un estremecimiento" al recordarlo. Siempre que se aloja en un hotel, solicita varias limpiezas, exigiendo que el baño esté impecable y completamente desinfectado, así como las sábanas. Es una persona muy escrupulosa. Como dato curioso, tampoco se lava con papel higiénico, siempre usa toallas de bebés.