Letizia Ortiz guarda una excelente relación con Paloma Rocasolano. Su madre es uno de sus motores de vida junto a sus hijas, Leonor y Sofía. No está tan unida a su padre, Jesús Ortiz, aunque mantiene una relación cordial. Todas las madres echan mano de las suyas propias para cuidar a sus hijos. Es por ello que la enfermera jubilada ha dedicado parte de su tiempo a cuidar de la princesa de Asturias y la infanta, algo que a la reina Sofía siempre le ha sorprendido. Nunca entendió cómo Paloma podía ocuparse de las niñas siendo ella la persona que estaba más cerca. La mujer de Juan Carlos I vive en Zarzuela con Irene de Grecia, a escasos metros del pabellón del príncipe. Podría pasarse en cualquier momento, pero Letizia se lo impedía. Nunca lo entendió.

Respecto a Leonor y Sofía, con una profunda tristeza, la emérita explicó que “¡no sé cómo están! ¡No las veo nunca! ¡No me dejan verlas!”. Unas declaraciones que dejaron sorprendidos a los allí presentes. Después continuó explicando su malestar: “Yo, que vivo al lado, no puedo ir a su casa ¡y sin embargo la madre de Letizia está siempre ahí metida!”.

Paloma Rocasolano con sus nietas

La reina Sofía siente celos de Paloma Rocasolano. La madre de Letizia ha conseguido que Leonor y Sofía la vean como su abuela, mientras que la emérita se ha quedado como ‘la otra’. La reina ha apartado a su suegra de todos los actos institucionales donde sus hijas eran las protagonistas. La semana pasada no la dejó acudir a la graduación de Leonor, tampoco estará esta semana en la confirmación de Sofía, y es que no quiere que enturbie la imagen de las adolescentes. La relación está rota.

Sofía no puede ni ver a Paloma Rocasolano. La relación entre ambas abuelas está completamente rota. Sin duda, la enfermera jubilada se ha vengado de la emérita como ya hizo Letizia con la familia real en el pasado. Igual que Sofía y Juan Carlos no quisieron a la periodista, tampoco a sus padres. Le recomendaron a Felipe separarse porque Letizia era una plebeya, presentadora de informativos, divorciada y de padres divorciados. Además, los entonces reyes siempre se creyeron superiores.

Paloma Rocasolano playa

La reina Sofía insultaba a Paloma Rocasolano a escondidas 

Letizia, además de ser periodista, tenía un pasado republicano, estaba divorciada, su madre era una enfermera ligada al sindicato y su abuelo materno era taxista. Un cúmulo de circunstancias que, para el rey emérito, era “un problema de verdad”.

Los amigos de Felipe se reían de Letizia. “Sus amigos eran muy pijos antes de conocer a Letizia. Eran chicos de la alta sociedad, sus amigos del colegio eran de las grandes familias. Letizia tenía la costumbre de decir con cierta frecuencia ‘jolines’ y nos contó gente próxima a los amigos del príncipe que la llamaban ‘la jolines’”, desvela Carmen Enríquez. También Sofía y Juan Carlos la insultaban por la espalda. Entre tantos motes, la llamaban “la taxista” por su abuelo, Paco Rocasolano. El padre de Paloma era taxista de profesión y parece que a los eméritos no les parecía una profesión honrada. Cuando descubrió el mote, la madre de la reina aseguró que se vengaría de ella llegado el momento, y llegó.