No es ningún secreto que la reina Sofía y Juan Carlos nunca se quisieron. Se casaron por obligación para emparentar dos monarquías. En aquella época él estaba enamorado de una plebeya y periodista, Olghina de Robilant, mientras que ella sentía atracción por Harald de Noruega, pero en su caso no fue correspondida. Solo la utilizó para conquistar a su verdadero amor. La emérita aceptó la relación y aunque no estaba enamorada hizo todo lo posible por formar una familia, pero el padre de sus hijos no estaba por la labor. Él tenía claro que se casaría y tendría descendencia, pero cuando naciese el varón se acabó.
Juan Carlos ha sido infiel por naturaleza. Una de sus mayores perdiciones han sido las mujeres. Se cree que habría estado con unas 5.000 mujeres a lo largo de su vida. Tenía siempre una mujer en cada ciudad, la mayoría de ellas prostitutas de lujo que pagaba con los Presupuestos Generales del Estado. También hacía lo imposible por conocer a mujeres de la televisión, presentadoras, actrices o cantantes. Uno de los mayores errores que cometió fue enamorarse.
La reina Sofía descubrió sus infidelidades y además de sentirse humillada y traicionada con todos los esfuerzos que puso en la relación le pidió el divorcio. Pero pensaron que lo mejor para la corona sería cesar la convivencia y aparentar que todo está bien entre ellos.
La reina Sofía se veía en el hotel Claridge con sus amistades
Aunque nunca se ha dicho nada de ella porque se ha querido proteger su imagen, la reina Sofía también ha tenido sus amistades. No se le conoce ninguna infidelidad en el momento en que mantenía una relación con Juan Carlos I, pero después conoció a otros hombres. Es el mayor miedo de la emérita en la publicación de las memorias de su marido. No quiere que cuente nada de ella que le perjudique.
La reina Sofía se veía con sus amantes en el Hotel Claridge, en Londres. En Reino Unido vivía su hermano Constantino en el exilio y era la excusa perfecta para verse con ellos sin que nadie sospechase absolutamente nada. Uno de los amigos que más la visitaba era Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, con quien siempre ha mantenido una buena amistad.
Se dice que cuando no tenía compromisos institucionales, la reina Sofía se instalaba en el hotel Claridge. Ya tenía una suite asignada para ella. "La reina Sofía vive prácticamente en el hotel Claridge de Londres, lejos de su marido infiel y solo vuela a España para eventos oficiales", se dice en el pódcast.