La reina Sofía preocupó a Felipe, Elena y Cristina. El mes pasado ingresó de urgencia por una infección urinaria. La emérita acudió a la boda de José Luis Martínez Almeida y Teresa Urquijo, y a la misa homenaje a Gómez-Acebo y estuvo bien, sin embargo al día siguiente ingresó en la clínica Ruber de Madrid. Lo que parecía algo insignificante se postergó cuatro días más. Recibió el alta hospitalaria el sábado por la tarde, se marchó a Zarzuela sola con la vía intravenosa todavía en la mano. Ha estado delicada, pero aún así continuó con sus funciones institucionales.
Sofía de Grecia también ha tenido algunos despistes en sus últimas apariciones institucionales. Le cuesta articular palabras y ya tiene algunos problemas visibles de movilidad. La edad empieza a pasar factura. Felipe VI le ha puesto sobre la mesa la posibilidad de jubilarse, algo que por ahora no contempla.
La reina Sofía no es capaz de dejar el tabaco
Los médicos hablaron seriamente con sus hijos y les instaron a tomar una decisión a corto plazo. La reina Sofía debería llevar una vida más moderada en muchos aspectos de su vida. Se ha descubierto un hábito que podría acercar más a Letizia y a Sofía, pese a las diferencias y enfrentamientos de los que siempre se ha hablado. Resulta que tienen más en común de lo que se pensaba. La actual reina de España, Letizia, siempre lleva consigo algunos cigarrillos en su bolso. En momentos de gran estrés, necesita fumar uno, aunque lo hace en total secreto, dado que no sería bien visto, especialmente considerando su obsesión por llevar una vida saludable. Sin embargo, Sofía de Grecia comparte esta misma costumbre. Aunque no es una fumadora empedernida, le gusta fumar un cigarrillo después de comer, pero sólo lo hace en la intimidad de su hogar o cuando está en familia.
Según el libro "Doña Sofía. La Reina habla de su vida" de Carmen Enríquez y Emilio Oliva, la madre de Felipe VI fue una fumadora habitual: “Llegué a fumar hasta diez cigarrillos diarios cuando fumaba con más asiduidad”. La reina Sofía comenzó a fumar, según esta publicación, “para parecer mayor, como tantas otras amigas; entonces era muy común empezar a fumar por tonterías así”. Su nieta, Victoria Federica, parece haber seguido sus pasos, ya que comenzó a fumar antes de cumplir los 18 años.
El rey Juan Carlos también tenía predilección por el tabaco, aunque prefería los puros. En el libro de Enríquez, la reina Sofía relata: “Cuando dejé el tabaco, el rey dijo que también lo iba a dejar. Y lo hizo, pero con un truco. Es verdad que dejó los cigarrillos, pero siguió fumando puros”. A pesar de que su médico le ha prohibido fumar debido a su estado de salud, aún recibe cajas de puros.