La reina Sofía ha sido, desde siempre, una mujer de carácter firme y con una visión inquebrantable de su papel dentro de la monarquía española. Su compromiso con la Corona ha prevalecido por encima de cualquier situación personal, incluso después de los escándalos que han afectado a su esposo, el rey Juan Carlos I. A pesar de que ya no ostenta el trono, Sofía sigue ejerciendo una notable autoridad dentro del Palacio de la Zarzuela, donde aún reside, y continúa siendo una figura clave en la Casa Real.
Sin embargo, su relación con la reina Letizia nunca ha sido del todo cordial. Aunque Letizia es la reina consorte, Sofía sigue imponiendo la jerarquía tradicional y mantiene su influencia en las dinámicas palaciegas. Esta constante lucha de poder entre ambas ha generado cambios significativos en la estructura interna de Zarzuela, afectando incluso al personal que trabaja en el palacio.
Alejada del entorno de la reina Sofía
Uno de los últimos episodios más polémicos tuvo lugar recientemente, cuando Sofía tomó la decisión de recolocar a una de las empleadas más veteranas, quien llevaba siete años en la residencia real. Al parecer, esta trabajadora tenía un vínculo cercano con Letizia, lo que la habría convertido en un objetivo directo en medio de la creciente tensión entre ambas reinas.
La pérdida de influencia de Letizia en los últimos meses ha sido notoria dentro de la Casa Real. Su relación con el personal de servicio siempre ha sido controvertida, ya que varios empleados han expresado, de manera confidencial, que tanto Sofía como Letizia pueden ser extremadamente exigentes y, en algunos casos, poco consideradas en su trato. Sin embargo, la diferencia radica en la manera en que cada una ejerce su autoridad: mientras que Sofía se basa en la disciplina y la tradición, Letizia ha intentado introducir cambios en la gestión del personal, lo que ha generado un choque constante entre ambas.
No es la única trabajadora que ha sufrido la autoridad de la reina Sofía
Cabe decir que no es el único movimiento dentro del servicio de Zarzuela. Según informes de Don Balón, otra trabajadora que llevaba 14 años trabajando en palacio habría sido despedida por retrasos y ausencias. Otra muestra de autoridad de una reina Sofía que hace tiempo que está en un tercer plano en la monarquía, pero que se empeña en seguir teniendo el máximo control posible.
Según la periodista Pilar Eyre, la reina emérita no tolera el más mínimo error y tiene una manera muy peculiar de expresar su desaprobación. Si una prenda no está bien planchada o un servicio no es ejecutado a la perfección, simplemente lo deja caer al suelo, sin necesidad de pronunciar palabra. Este gesto, aunque sutil, es una muestra clara de su descontento y un mensaje directo de que no admite fallos dentro de su entorno.