La reina Sofía está atravesando un momento delicado, como evidenció su emotiva reacción la semana pasada al entregar el premio al físico Emilio Lora-Tamayo, quien fue designado rector honorario vitalicio por la Universidad Camilo José Cela (UCJC) en Villanueva de la Cañada, Madrid. Al iniciar su discurso de homenaje, la madre de Felipe no pudo contener las lágrimas, mostrando una profunda emoción y quebrándose su voz.
Las lágrimas de Sofía tienen una razón: al ver a Emilio Lora-Tamayo, ella percibió un reflejo de su hermana Irene y de sí misma. Aceptar el paso del tiempo y los desafíos de la vida se vuelve más difícil. En los últimos meses, la reina ha enfrentado la pérdida de su hermano Constantino y ahora cuida de su tía Pecu, afectada por la enfermedad del olvido. La soledad y la sensación de estar marginada comienzan a afectarla, agravándose por la división en su familia. Hace diez años que no ve a todos sus nietos juntos, una situación que esperaba que cambiara en el cumpleaños de Leonor, aunque aún no está confirmado.
Además de lidiar con la enfermedad de Irene, Sofía se da cuenta de que envejece y siente que el tiempo se agota. Aunque nació prácticamente como reina y desearía mantenerse activa, su hijo Felipe VI le ha sugerido que es hora de considerar su jubilación. Con la mayoría de edad de Leonor, la joven asumirá mayores responsabilidades, y la presencia de la octogenaria en la institución ya no será tan necesaria. Sin embargo, la perspectiva de perder la corona significa perderlo todo para Sofía, lo que la sume en una profunda tristeza y preocupación, llegando al punto de expresar que ya no desea continuar viviendo, según fuentes cercanas a Zarzuela.
Los problemas de Felipe y Letizia paralizan la jubilación de la reina Sofía
Los reyes le instan a que descanse y se dedique por completo a ella misma y a su hermana, disfrutando de sus últimos años rodeada de quienes la aprecian. Se le ha sugerido que se jubile este año, un anuncio que se hará unas semanas después de la jura de la Constitución de Leonor. Se planea rendirle homenaje por sus casi 50 años de servicio impecable a la corona antes de decidir su destino.
Con la salida de Sofía, Letizia lograría su objetivo de distanciar a toda la familia de Felipe VI de Leonor y Sofía. Se considera que el destino más apropiado para la reina emérita podría ser Grecia, donde tiene lazos familiares y se siente querida, aunque tampoco se descarta Reino Unido, siendo poco probable que permanezca en Madrid. Sin embargo, las declaraciones de Jaime del Burgo han retrasado estas intenciones. Ahora mismo Casa Real habría paralizado cualquier movimiento en relación a la emérita.