La reina Sofía formaba parte de la iglesia ortodoxa griega cuando se casó con Juan Carlos I en Atenas, pero no tardó en convertirse al catolicismo para formar parte de la religión mayoritaria de España. Tal y como detalló el New York Times, la madre de Felipe VI renunció a todos los derechos sobre el trono griego al convertirse. También cambió su nombre. De “Sophia” a Sofía, más español.
La mujer de Juan Carlos I es muy creyente. La religión está por encima de todas las cosas. Cuando Felipe anunció su compromiso con Letizia, Sofía no quería que se casase con ella. Los padres de la periodista estaban divorciados y ella también. La hija de Federica confía plenamente en el matrimonio, aunque el suyo no ha sido ejemplo de nada. Pero está contenta porque se ha castigado al emérito por sus pecados.

Sofía acude en numerosas ocasiones a misa. De hecho, los actuales reyes la envían a todos los compromisos relacionados con la religión. Por todos es sabido que Letizia es atea, prefiere apostar por fines culturales y solidarios. Esta característica de la actual reina tampoco gustó a la emérita.
Letizia revolucionó la monarquía
Ambas reinas piensan de forma diferente. La relación con Letizia siempre fue demasiado tirante. Chocaban bastante, todavía se recuerda su episodio protagonizado en la Catedral de Palma de Mallorca. En una ocasión, Sofía comió a solas con Letizia y quedó horrorizada de una de sus conversaciones. Le soltó que le parecían muy bien los matrimonios entre homosexuales y cuando la reina la empezó a hablar de las apariciones de Garabandal, dijo: “No las conozco, soy atea”.

Sofía se mueve en la religión como pez en el agua. Ella odia los avances. Para la emérita solo hay un único modelo de familia. La mayoría de actos en la agenda de la madre de Felipe estaban vinculados a la religiosidad. Los de Letizia en la cultura, el feminismo o las enfermedades raras. Por sus orígenes griegos, Sofía se educó en la confesión ortodoxa. No solo es habitual verla orando en la iglesia de la madrileña calle Nicaragua o celebrando cada festividad del calendario ortodoxo. También se casó por este rito (y por el católico) con su aún marido, el rey Juan Carlos.
Letizia trajo la modernidad a palacio. Ella se declaró agnóstica confesa, y se ciñó a lo estrictamente obligatorio. Su gran encuentro con la iglesia fue su boda con Felipe VI, ya que con su primera pareja se casó mediante lo civil.