La historia de amor entre Felipe VI y Letizia dura desde hace más de 20 años. Pero antes de que Letizia se convirtiera en la reina consorte, tuvo que lidiar con los poderes de la monarquía por tener una relación estrecha con las drogas.

Es sabido que Letizia nunca fue bien vista en la casa real. Y al margen de por su origen plebeyo o su profesión de periodista, otro de los motivos tuvo que ver con su coqueteo con las drogas. Tal y como expresó Isidre Cunill en su libro sobre Letizia, durante su juventud, Letizia fue detenida por posesión de cannabis, un incidente que generó preocupación dentro de la casa real y que Felipe VI trató de mantener en secreto para proteger la imagen de su esposa, pese a los intentos de su madre por alejarla del heredero.

Letizia tabaquera en México

Sin embargo, Letizia no es la única persona que ha sufrido el peso de la monarquía por tener una relación eestrecha con las drogas. Hablamos de Isabel Sartorius, cuyo pasado relacionado con las drogas la convirtió en un objetivo para la desaprobación de la familia real.

Isabel Sartorius, una aristócrata española, vivió una relación apasionada con Felipe durante los años 90. Su romance fue intenso y basado en el amor genuino, pero la presión mediática y la desaprobación de la familia real pronto los separaron. Juan Carlos y la reina Sofía se opusieron firmemente a la relación, utilizando su influencia para desacreditar a Sartorius.

Isabel Sartorius, obligada a renunciar a Felipe por su relación con las drogas

La situación alcanzó su punto máximo cuando se revelaron detalles sobre el pasado de Isabel relacionados con el tráfico de drogas. Aunque estos incidentes habían sido sobreseídos previamente, su mención en los medios de comunicación socavó cualquier posibilidad de que Isabel fuera aceptada en la familia real. La reina Sofía, especialmente preocupada por la imagen de la monarquía, quería expulsar a Isabel de la vida de su hijo.

Isabel Sartorius

La presión sobre la relación llegó a un punto crítico cuando los medios de comunicación revelaron detalles sobre el consumo de drogas por parte de Isabel y su familia. Estas revelaciones provocaron una crisis en la pareja y llevaron a Felipe a tomar una difícil decisión entre el amor y el deber hacia su familia y su posición como futuro rey de España.

A pesar de la petición de Isabel para que Felipe la apoyara, la influencia de Juan Carlos y Sofía prevaleció, y la relación llegó a su fin. Isabel se retiró de la vida pública y se marchó a Londres, dejando atrás una historia de amor truncada por las circunstancias y la interferencia externa.