La reina Sofía y Juan Carlos I se casaron por obligación y no por amor precisamente. Ambos estaban enamorados de otras personas. La emérita de Harald de Noruega, pero el corazón de éste latía por su actual mujer, en el caso del emérito mantenía una relación muy discreta con Olghina, de quien se comentó en su momento que también podría haber tenido una hija ilegítima. Se conocieron con tan solo 22 años en la academia en la que estudiaba la formación militar. Era la mujer de su vida, pero Juan de Borbón se encargó personalmente de romper esa relación. Ya se le había adjudicado a la griega como futura mujer, pero Juan Carlos le pidió a la escritora que le escribiese una carta diciéndole que le quería y no se casaba. El escrito lo interceptó su padre y nunca llegó a las manos del futuro rey.
La boda de Juan Carlos y Sofía fue un absoluto desastre, todo salió mal. Cuando volvieron a casa la tensión se podía cortar con un cuchillo. Estaban muy distantes. Siempre intentaron aparentar que había amor, pero no existía. Los eméritos se vieron obligados a tener descendencia, así que buscaron el varón. Sin embargo, para su mala suerte tardó en llegar. La primera fue una niña, y la segunda otra niña. El padre de Elena y Cristina no sabía cuántas veces más iba a tener que meterse en la cama con Sofía, algo que le horrorizaba. Finalmente, después de unos cuantos intentos llegó el varón. Felipe VI se convertiría en el futuro rey de España. A partir de ese momento, ambos respiraron tranquilos, ya no tendrían que compartir cama. Sofía se trasladó al recinto acondicionado para Irene de Grecia. Dormía con su hermana. Juan Carlos empezó con su vida de soltero.
La reina Sofía siempre respetó a Juan Carlos
Por todos es conocida la fama de mujeriego de Juan Carlos. Como no amaba a Sofía, y tenía que mantenerse casado con ella, se acostó con miles de mujeres a lo largo de los años. Tenía una mujer en cada puerto. Algunas eran relaciones esporádicas y otras le robaron el corazón, como Bárbara Rey, Corinna Larsen o Marta Gayá, quien a día de hoy todavía se mantiene a su lado. Por Corinna estuvo a punto de divorciarse de Sofía y protagonizar un gran escándalo, pero finalmente la traicionó y descubrió que no era ese gran amor.
Sofía es la única persona que se ha mantenido a su lado a pesar de convertirla en la reina cornuda, la gran humillada. Siempre en soledad y apartada de los compromisos del exmonarca, como si no fuese nadie importante en su vida. La emérita siempre ha respetado a su marido, aunque solo sea por el cariño a sus hijos, especialmente a Felipe, el niño de sus ojos, y es que nunca soportaría hacerle daño ni perjudicar su reinado. Por este motivo era mejor separarse y mantener las formas ante la opinión pública que divorciarse.