La reina Sofía ha abandonado España. ¿Volverá, eh? Dentro de tres o cuatro días la verán nuevamente en Zarzuela, acompañando a su inseparable hermana Irene, la tía Pecu. La emérita ha tomado un vuelo que la lleva a miles de kilómetros de distancia, pero no, no se equivoquen. No aterrizará, excepto sorpresa mayúscula, en la ciudad donde reside su marido desde hace casi 3 años. El avión ha cogido la dirección inversa a Abu Dabi: la ciudad de Houston, en Texas. La agenda de la reina es exigua pero también incluye viajes transoceánicos, se lo monta bien. Tres acontecimientos la reclaman: el acto de presentación del Portal de Historia Hispánica, la entrega de los Sophia Awards a la Excelencia y el Spain Fusion Texas, un festival gastronómico. No hay que decir que la cita con más chicha es la tercera, claro.
¿La griega, poniéndose fina? No cuadra conociendo su trayectoria y costumbres. Siempre la describen como alguien frugal y espartana, que no come carne animal y que pierde la cabeza por un potente plato de judías estofadas (sin sacramentos), a pesar de los efectos que puedan tener sobre su sistema digestivo. Pensándolo bien tampoco eso supone ningún problema: entre que es una jarrón chino al que nadie hace caso y que su única compañía es su hermana, pues hay confianza. Solo pueden sufrir los escoltas y ayudantes, pero esos días mantienen una distancia de seguridad. Se podría decir que prácticamente es vegetariana, como la mística, abstemia y budista Irene, aunque de vez en cuando se salta la dieta. Y cuando ponga los pies en Texas empezará el festín.
Sofía en Houston, se pondrá las botas con jamón, queso y vino, todo prohibido para su hermana Irene
El motivo no será que abrace los restaurantes de comida rápida tan habituales en la geografía norteamericana. Ya que hay que pecar, va con todo. No demuestra demasiada originalidad, porque lo que le pondrán delante de los morros serán productos que ha visto, olido y saboreado en más de una ocasión y más de un compromiso: jamón ibérico, quesos, vinos, etcétera. Como ir a un bar de toda la vida, pero en Houston: participará en charlas, presentaciones y degustaciones de un potente surtido de especialidades que quieren ampliar mercados en aquellas latitudes. Esperamos que la calidad sea buena y no como el flamenco que España envía a Eurovisión. Que después venden los disgustos y los fracasos. Perdón, pero alguien lo tenía que decir.
Los tres restauradores que harán saltarse la dieta, uno de ellos con esencia catalana
Aparte del tapeo, la reina disfrutará de showcookings con chefs de origen o inspiración en el Estado español. Aquí la cosa sube de categoría: los escogidos, explica Jaleos, son Danny Lledó del restaurante Xiquet con estrella Michelin en Washington (el más catalán de todos), Mat Schuster del Canela Bistró en San Francisco o Periko Ortega del ReComiendo en Córdoba, Andalucía. Un festival. Rodeada todo el rato de productos prohibidos, pero un día es un día. Y a estas alturas del partido no hay que privarse de nada. Porque a pesar de tanta disciplina alimentaria no quiere parecerse a Letizia, obsesiva en la cocina y la despensa. Y todavía más: la buena mesa siempre le ha gustado, le recuerda al marido errante, ausente e idealizado. Va por él.
Ya que nadie la saca a cenar, Sofía se saca a sí misma.