La reina Sofía ha sido una mujer fiel. Tradicional, familiar y católica, motivo principal por el que nunca quiso divorciarse de Juan Carlos I e hizo todo lo posible por mantener la relación. La emérita estaba enamorada de Harald de Noruega, pero ese amor no fue correspondido. El emérito mantenía una relación sentimental con Olghina de Robilant pero Juan de Borbón rompió esa relación para que se casase a la fuerza con la madre de sus tres hijos. Mientras que la hermana de Irene de Grecia hizo todo lo posible por enamorar a Juan Carlos I, él solo pensaba que dar a luz al futuro rey de España y olvidarse de ella.
Juan Carlos I tuvo relaciones con más de 5.000 mujeres, es una de sus perdiciones. Le llamaban el “depredador sexual”. Engañó a la reina Sofía en multitud de ocasiones. Se encaprichaba de artistas, cantantes o modelos que aparecían en televisión y hacía cualquier cosa por conseguir estar con ellas, les pagaba altas cantidades de dinero que provenían de los presupuestos generales del Estado.
La reina Sofía descubrió las infidelidades de Juan Carlos I y se sintió humillada y traicionada, decidió divorciarse, pero su madre, la reina Federica le obligó a continuar con su matrimonio. Finalmente los eméritos decidieron cesar la convivencia. Desde ese momento cada uno siguió su camino. Cuando el padre de Felipe VI abdicó, la hermana de Irene se desvinculó totalmente de él, prácticamente nunca le ha visitado en Abu Dabi, pero aparentan normalidad cuando están juntos.
Juan Carlos I acabará sus días en una silla de ruedas
A pesar de ello, como hizo con la madre de Juan Carlos I, la reina Sofía se ha interesado por Juan Carlos I ahora que sus hijas le han comentado que su salud es muy delicada. El emérito ha cumplido los 87 años y su artrosis le está pasando factura, ya no puede mover la pierna izquierda. Los médicos le han comunicado que se quedará en silla de ruedas, una de sus peores pesadillas. De hecho, está muy triste desde que recibió la noticia, ya no se ve tan poderoso. Cree que su final está cada vez más cerca y se marchará por la puerta de atrás. Ni tan siquiera recibirá un funeral de Estado. Además, sufre algunas perdidas de memoria.
La reina Sofía llama al padre de sus hijos habitualmente para conocer cuál es su estado de salud en estos momentos, y ha hecho todo lo posible por reencontrarse con él cuando viaja a España. A pesar de ello, la emérita es una persona muy familiar. No está dispuesta a romper la familia.
