Durante casi cuatro décadas, la reina Sofía ha sido el pilar silencioso de la Casa Real española, protegiendo con férrea discreción un secreto que podría cambiar para siempre la percepción pública de su hijo, el rey Felipe VI. Un secreto que se remonta a cuando el entonces príncipe tenía tan solo 18 años, y que, según diversas fuentes, ha marcado profundamente su vida personal y su camino hacia el trono.
El origen de este secreto se sitúa en los años de juventud de Felipe, cuando inició su formación en el extranjero, lejos del férreo control de la Zarzuela. Fue entonces cuando surgieron los primeros rumores sobre su orientación sexual, tras su paso por una academia militar en Estados Unidos. Allí, según la periodista Laura Rodríguez, se habrían producido encuentros íntimos con un cadete, algo que, en aquella época, resultaba inconcebible para una monarquía anclada en valores tradicionales y con una imagen pública que defender a toda costa.
Juan Carlos I y Sofía reaccionan ante los rumores sobre Felipe VI
Esta situación provocó un profundo malestar en Juan Carlos I, que veía en las actitudes de su hijo una amenaza para la continuidad de la dinastía Borbón. Felipe era, según los que lo conocían entonces, un joven tímido y reservado con escasa experiencia sentimental. Para su padre, acostumbrado al perfil de un monarca carismático y seductor, la supuesta falta de interés de Felipe por las mujeres representaba un riesgo inaceptable.
La reina Sofía, por su parte, también se sintió profundamente afectada. Fiel a su formación religiosa y valores conservadores, temía que los rumores se confirmaran y la familia quedara expuesta. Desde entonces, ha ejercido un papel clave en diseñar la estrategia que serviría para proteger la reputación de su hijo. El primer paso fue presentar al príncipe con una figura femenina que alejara las habladurías. Así llegó Eva Sannum, la modelo noruega que fue pareja oficial de Felipe durante un tiempo y cuya presencia fue cuidadosamente orquestada por la Casa Real.
Letizia Ortiz fue quien aceptó formar parte de la tapadera
Pero el auténtico giro de guion llegó con la irrupción de Letizia Ortiz. Su relación con Felipe fue vista desde ciertos sectores como una alianza estratégica, más que como un romance de verdad. Algunas voces, como las de Maica Vasco y la propia Laura Rodríguez, sostienen que el matrimonio fue concebido como una tapadera para proteger los intereses de ambos: Felipe ganaba una esposa ante la opinión pública y Letizia accedía al poder y prestigio de la monarquía. Todo ello con el beneplácito y el conocimiento absoluto de Juan Carlos y Sofía.
A sus 86 años, la reina Sofía sigue siendo el gran escudo de su hijo. Y ese secreto que guardaría desde hace 39 años lo llevará consigo a la tumba, fiel a su papel de guardiana del linaje real.