Después de tener varios actos institucionales la semana pasada, uno de ellos en Segovia, y el mismo día viajar hasta Sevilla para asistir al funeral de Fernando de Borbón y Medina, la reina Sofía descansará en Zarzuela hasta el próximo viernes 7 de febrero cuando tiene programado un acto personal al que no quiere faltar. La emérita es una de las invitadas a la boda de Nicolás de Grecia, su sobrino. Y entre tantos invitados, todos los Borbón han recibido su invitación. Las infantas Elena y Cristina con sus respectivos hijos, incluso Juan Carlos I, hasta Felipe VI y Letizia. Lógicamente, sus hijas no asistirán por sus respectivas formaciones.

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Reina Sofía / Europa Press

Parece que los únicos que no asistirán a este acto y ya habrían comunicado su ausencia son Felipe VI y Letizia. El monarca tiene programadas varias audiencias en el Palacio Real de Madrid, mientras que la reina tiene la agenda vacía, pero por norma general ningún viernes tiene apariciones públicas. Es un día que utiliza para otros asuntos, y en esta ocasión cobra aún más relevancia. La madre de Leonor y Sofía se enfrenta de nuevo a un día muy triste. El próximo viernes 7 de febrero se sumará un año más al triste fallecimiento de Erika Ortiz.

La mañana de un 7 de febrero de 2007 falleció Erika Ortiz. La madre de Carla Vigo afrontaba una depresión y se quitó la vida aprovechando una noche en la que se encontraba sola en casa, ya que dejó a su hija pequeña con la vecina. Es un día negro para los Ortiz Rocasolano.

La reina Sofía asistirá a la boda con las infantas Elena y Cristina 

La reina Sofía quería asistir a la boda de Nicolás acompañada por Felipe VI, uno de sus mayores apoyos, pero en esta ocasión ha recibido la negativa de su hijo. El padre de Leonor y Sofía le ha hecho entender que no es un buen día para celebraciones. Le recordó el fallecimiento de Erika Ortiz y ese día los reyes quieren descansar y desaparecer del foco mediático.

Además, Letizia sabe que ese día sería la protagonista de cualquier acto, por ello quiere desaparecer del foco mediático. No quiere enturbiar la boda de Nicolás, y su cabeza ese día no está para fiestas.

La reina Sofía es muy católica y, por una parte, entiende perfectamente a Letizia, pero cree que ya han pasado casi dos décadas de aquel fatídico desenlace y la vida continúa. Ella es muy mayor y quiere celebrar todas las oportunidades que le dé la vida, prefiere reír que llorar.

La emérita ya ha hecho las maletas para marcharse a Grecia, donde pasará unos días con los suyos, mejor acompañada imposible, aunque parece que por su salud, su hermana Irene de Grecia deberá quedarse en Zarzuela.

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Reina Sofía en un partido con Pablo Urdangarin