Este miércoles, antes de las fechas navideñas, Casa Real tiene un evento familiar importante. En estos momentos se encuentran celebrando el 60 cumpleaños de la infanta Elena. La hija mayor de Juan Carlos I ha querido reunir a toda la familia y a algunos amigos íntimos en un día tan importante y especial para ella. Y en esta ocasión es más que otros años, y no solo por la cifra redonda, sino porque por primera vez ha conseguido reunir a toda la familia, algo que no sucede desde hace una década, aunque Leonor ha sido la gran ausencia en esta ocasión, se encuentra de maniobras en el pirineo aragonés.
Se desconocía si Letizia y Felipe acudirían al evento tras conocer que no se realizaría en el recinto de Zarzuela, sino en un conocido restaurante de Madrid. Parece que a los reyes no les ha importado que los fotógrafos y periodistas estén congregados a las puertas del local, el mismo sitio en el que ha estado Juan Carlos y ellos. Los monarcas quieren aparentar total normalidad ante los problemas y hacer de la presencia del emérito algo corriente.
Toda la familia Borbón al completo se ha visto las caras una vez más tras el cumpleaños de Leonor en el restaurante Pabú, situado en la madrileña calle Panamá. Felipe y Letizia han aceptado la invitación para “demostrarle a la Infanta su cariño y agradecimiento a tantos años de entrega”. Es la primera vez que los actuales reyes se reúnen con los eméritos y las infantas desde hace una década. Compartieron escenario en el funeral de Constantino de Grecia, pero evitaron saludarse y la cercanía.
La reina Sofía consigue su gran sueño después de una década
Finalmente, la infanta Elena decidió cambiar de escenario y no celebrar la fiesta en Zarzuela. Las malas lenguas dicen que sería Letizia quién prohibió la celebración en palacio para evitar que Juan Carlos pusiese un pie en su antigua casa.
A quien se ha visto muy emocionada y feliz en todo momento ha sido a la reina Sofía. No se esperaba que finalmente todos aceptasen la invitación y reuniese a sus tres hijos y prácticamente a todos sus nietos. Ha sido uno de los momentos más bonitos que recuerda en los últimos años. Todos saben que la emérita es muy mayor y que llevaba mucho tiempo pidiendo ese deseo, han querido concedérselo después de verla llorar en varios actos institucionales en los últimos meses. Estaba destrozada. Esto ha sido un empujón para que afronte la vida con mayor ilusión y energía. Finalmente ha terminado llorando entre aplausos y abrazos de los asistentes.