La figura de la reina Sofía ha sido objeto de admiración y respeto a lo largo de los años, pero también ha estado rodeada de controversias y críticas. Una de las cuestiones que surgieron en el ámbito público es su relación con el servicio doméstico en el palacio de Zarzuela. A lo largo de su vida, demostró ser una mujer de altos estándares, tanto en su vida personal como en su papel como reina. Sin embargo, esta exigencia lleva a situaciones que algunos creen inadecuadas.
Es curioso cómo se comenta el control que ejerce Letizia sobre Zarzuela, pues tiene fama de ser inflexible, perfeccionista y dominante. Aspectos que durante muchos años no se le atribuyeron a la reina Sofía, mayormente conocida por ser diplomática, dócil y afable. No obstante, las dos ‘royals’ tienen un aspecto en común que se ha pasado por alto todas estas décadas. Posiblemente eclipsado por las andanzas de Juan Carlos I y todo lo que su figura representó durante su reinado, pero la realidad es que su mujer es autoritaria.

Lo cierto es que la emérita creció sabiendo que era de sangre azul, que tenía privilegios inimaginables y su vida siempre estaría ligada a la realeza. Puede que sea esta la razón por la que considera que todo se debe hacer según su propia visión y toma acciones contra los empleados que no hacen bien las labores.
La revelación de cómo la reina Sofía trata al servicio de Zarzuela
Según Pilar Eyre en Lecturas: “La reina no se deja aconsejar y nunca protesta. Pero es inflexible con el servicio”. Y es que la madre de Felipe VI genera malestar entre el personal del palacio. La periodista mencionó que, en ocasiones, ha tirado ropa al suelo en lugar de entregarla de manera adecuada, lo que ha sido interpretado como un abuso hacia quienes se encargan de mantener el hogar real. Este tipo de acciones, aunque pueden parecer menores, representan una actitud que puede ser percibida como despectiva y poco empática.
La exigencia de Sofía de Grecia no se limita a su entorno personal; igualmente se extiende a las expectativas que tiene sobre los demás. Esta característica de su personalidad es reconocida por quienes comparten con ella, y pese a que es comprensible que una figura pública de su estatus busque la excelencia, es importante el respeto y la cortesía en cualquier relación, especialmente en un entorno laboral.

El servicio doméstico en Zarzuela, como en cualquier otro lugar, merece ser tratado con dignidad y consideración. Las personas que trabajan en este ámbito a menudo realizan tareas que requieren esfuerzo, y es esencial que su labor sea valorada. La octogenaria, al ser un modelo a seguir para muchos, tiene la responsabilidad de fomentar un ambiente equilibrado y respetuoso.
Sin duda, la reina Sofía es una figura emblemática, por lo que su comportamiento hacia el servicio doméstico de Zarzuela es objeto de reflexión. La exigencia es una cualidad que puede ser positiva, pero siempre debe ir acompañada de un trato apropiado. La forma en que se dirige a los demás, independientemente de su posición, dice mucho e influye profundamente en la percepción que la sociedad tiene de la realeza.