La reina Sofía ha sido siempre reconocida como una de las figuras más elegantes y apreciadas entre las distintas monarquías europeas. La época de esplendor de Juan Carlos y su consorte se vio empañada por las controversias que finalmente condujeron a su abdicación. Hasta ese momento, Sofía desempeñaba un papel preponderante en Zarzuela. Se ha especulado ampliamente sobre la personalidad de Letizia, caracterizándola como una mujer fría y calculadora que busca controlar todas las situaciones. Aunque existe cierta tensión entre ambas reinas en su competencia por el título de la mejor, en realidad, no son tan diferentes.
Sofía de Grecia desempeñó su papel con maestría, sumergiéndose por completo en la imagen de la reina de España. Siempre supo cuál era su lugar, incluso cuando Juan Carlos la humillaba repetidamente, permaneció firme a su lado, al menos en público, ya que en lo privado ni siquiera compartían residencia. Como consorte del Jefe de Estado, compartía al 50% la responsabilidad de transmitir valores y enseñanzas al actual rey de España, Felipe VI.
La reina Sofía es una mujer muy exigente, también con el servicio
Su papel como reina la convirtió en una persona exigente consigo misma y con los demás. A pesar de ello, es una de las figuras más queridas de la Casa Real. Sofía debe mucho a las personas de su entorno, rodeándose de asesores que la han moldeado en la querida reina que es hoy. Siempre buscaba tener a su lado personas de total confianza, capaces de soportar la presión de su trato implacable. Su rigurosidad y exigencia se reflejaban en todas las personas que trabajaban a su servicio, según testimonios de aquellos que han laborado durante años en Zarzuela. Aunque algunas permanecen con Letizia, sostienen que la actual reina es aún más exigente y supervisora, sin mostrar mejoras notables. "La reina no se deja aconsejar y nunca protesta. Pero es inflexible con el servicio, si ve que una prenda no está bien planchada, no dice nada, se limita a tirarla al suelo”, explica Pilar Eyre en su blog de la revista Lecturas.
A diferencia de Letizia, quien ha experimentado varios cambios de imagen hasta encontrar su propio estilo, la reina Sofía ha mantenido su peinado característico. Mantiene la misma rigidez en su trato diario con asistentes y personal de servicio. Según Pilar Eyre, en su blog de la revista Lecturas, la reina no se deja aconsejar y, si algo no cumple con sus estándares, simplemente lo desecha sin expresar quejas. La emérita es descrita por Eyre como una mujer de fuerte carácter y gran dignidad real. Aunque no reprendía directamente a sus empleados, sus gestos indicaban claramente su descontento, como relata una de sus peluqueras que menciona la impactante mirada que daba cuando algo no estaba a la altura de sus expectativas.