Carolina de Mónaco ha sido una de las royals más influyentes en el mundo de la moda. Desde la década de los años 70, la primogénita del príncipe Rainiero y Grace Kelly ha protagonizado una gran cantidad de portadas de revista y ha aparecido en la primera fila del ‘front row’ de la Alta Costura internacional desde hace más de cuatro décadas. Y fue gracias a esta pasión por la moda que conoció a quien se convertiría en su confidente, su mejor amigo y su más grande apoyo. Sin embargo, desde su muerte en 2019, la princesa Carolina no volvió a ser la misma. Se trata del icónico diseñador Karl Lagerfeld, el eterno acompañante de Carolina de Mónaco al Baile de la Rosa, el evento que marca el inicio de la primavera en el Principado de Mónaco.
¿Pero, cómo se inició la amistad entre el káiser de la moda y la hija mayor de Grace Kelly? Todo comenzó en la década de los 70, cuando Carolina de Mónaco era una adolescente y el diseñador alemán se instaló en la villa La Vigie, uno de los lugares con las mejores vistas de Mónaco. Para Carolina, el primer encuentro con la mente maestra de Chanel fue inolvidable: “Tenía 16 años y medio. Fue en una sesión de fotos en el hermoso apartamento art deco de Karl en la plaza Saint-Sulpice de París. Lo recuerdo muy bien”, dijo la hermana del príncipe Alberto en una entrevista.
Tras varios encuentros, Lagerfeld, que en ese momento trabajaba para las firmas Chloé y Fendi, le mostró a la princesa Carolina el lado más divertido de las noches parisinas. Para ello, el diseñador reunía a todo su grupo de amigos en su casa antes de emprender el rumbo a las discotecas más exclusivas de París, tradición a la que rápidamente fue incluida la princesa monegasca. Algunas fuentes cercanas al entorno de Karl Lagerfeld afirmaron que, pese a la diferencia de edad entre ellos, la conexión entre la viuda de Stéfano Casiraghi y el diseñador fue inmediata. Debido a esto, sentían una gran admiración el uno por el otro. “La princesa Carolina encarna para mí a la joven moderna, la madre ideal y la princesa que tiene su lugar en la vida de hoy”, indicó Lagerfeld en una entrevista en la década de los 90.
La muerte de Karl Lagerfeld, la última gran pérdida de Carolina de Mónaco
Además de compartir los momentos más felices de su vida, el director creativo de Chanel también se convirtió en el pilar de Carolina de Mónaco, sobre todo en los momentos más difíciles de su vida: la muerte del príncipe Rainiero y la de Stéfano Casiraghi, el fallido matrimonio con Ernesto de Hannover y el acoso constante de los paparazzis, etc. Por este motivo, su muerte, tras 45 años de amistad y complicidad, se ha convertido en su última gran pérdida, una tragedia que marcó su vida. “Nuestra relación no se podía definir. Para mí Karl era como un miembro de la familia. Me influenció y enriqueció. La lista de todo lo que aportó a mi vida es muy larga”, dijo la princesa en una entrevista concedida a ‘Vogue’.