En los últimos meses, la relación entre la princesa Leonor y la reina Letizia ha mostrado signos de distanciamiento evidente. Unas grietas en la relación entre la princesa y la consorte que han emergido coincidiendo con la mayoría de edad de Leonor y con otro hecho significativo: la aparición de informaciones sobre presuntas infidelidades de la reina Letizia, reveladas por Jaime del Burgo.
La figura de la princesa Leonor se va consolidando con fuerza en el escenario público, recibiendo elogios y generando altas expectativas. Sin embargo, estas adulaciones se ven enturbiadas por las especulaciones que generan la relación que tiene con su madre en la actualidad y que se ha hecho notoria en los últimos meses. Especulaciones reforzadas por la decisión de Leonor de pasar cada vez más fines de semana lejos de Zarzuela, optando por la vida nocturna en Zaragoza. Un panorama que, inevitablemente, ha levantado muchas preguntas.
La princesa Leonor prefiere quedarse en Zaragoza antes que ir a Zarzuela
Leonor, cuando tiene tiempo libre, prefiere permanecer en Zaragoza, lejos de la residencia real. Un detalle revelador que ha suscitado numerosas conjeturas. Leonor muestra una clara inclinación por pasar tiempo con sus compañeros de academia y participar en actividades sociales fuera del entorno real. Las imágenes captadas por la prensa muestran a una joven princesa que busca disfrutar de su juventud y experimentar más allá de los estrictos protocolos y expectativas que conlleva su posición. La futura reina parece aprovechar cada minuto lejos del control de su madre. Y este alejamiento del escrutinio constante al que está sometida en Zarzuela puede interpretarse como un deseo de explorar su identidad personal.
Pero como decíamos, casual o no, este distanciamiento coincide con las revelaciones de Jaime del Burgo sobre las presuntas infidelidades de la reina Letizia. Aunque la veracidad de estas afirmaciones sigue siendo un tema de debate, su impacto en la dinámica familiar es innegable.
Esta exposición pública de Leonor no es del agrado de la reina Letizia, quien se encuentra en una posición delicada tras haber perdido parte de la confianza y complicidad que solía tener con su hija. Sin embargo, Letizia no puede hacer mucho para revertir esta situación. Ha perdido poder y credibilidad desde las revelaciones de Jaime del Burgo, tanto de cara al ojo público como en el seno familiar.