Camilla Parker-Bowles y Carlos III de Inglaterra no se quedaron satisfechos con la coronación en la Abadía de Westminster. Los Reyes del Reino Unido recibieron la corona de manera oficial de la mano del arzobispo de Canterbury delante de más de 2.000 invitados y, no contentos con esto, ahora han decidido ponerse manos a la obra en otra celebración, una también muy especial. Se trata de la visita que han hecho Their Majesties a Irlanda del Norte, concretamente al pueblo de Newtownabbey. Allí se encuentra un jardín muy especial para ellos, y es que este es el Jardín de la Coronación.
The King Charles The Third y su esposa se han paseado por los parques de los aledaños hasta entrar en este bonito jardín al cual le tienen ya mucho apego. Pues dentro de él se lo han pasado a las mil maravillas y han disfrutado mucho. Ha sido una visita veggie y healthy, es decir, muy muy sostenible, como todas las actividades que llevan a cabo los monarcas, siempre tan comprometidos con el medio ambiente. "Sus majestades abrirán las puertas del jardín poco antes de conocer a los implicados en su diseño, el cual se ha elaborado empleando (e inspirándose) en los mismos principios de jardinería sostenible que utilizan los propios reyes", relatan en la nota de prensa antes de su visita.
El periplo de los mandamases de Inglaterra, sin embargo, no ha quedado aquí. Camilla y Carlos III han podido apreciar multitud de bellas flores y plantas, así como unas cuantas actuaciones musicales que les ha ofrecido la organización. "Sus majestades se reunirán con escolares que han participado en diversos proyectos relacionados con la coronación, miembros de la comunidad local que se ofrecieron como voluntarios en el ‘Big Help Out’ del fin de semana de la coronación, así como los galardonados con el Queen’s Award for Voluntary Service (”Premio de la reina al servicio voluntario"), el King’s Award for Enterprise ("Premio del rey a la iniciativa") y beneficiarios de la beca del duque de Edimburgo", añaden desde la organización, antes de revelar el gran detalle final.
Y es que este detalle no es otro que... otra corona. Por si no estuvieran contentos con la de San Eduardo llena de piedras preciosas que recibieron en su cabeza, las máximas autoridades de Buckingham Palace han cortado y se han zampado una tarta que replicaba la famosa corona de San Eduardo, un postre que nunca podría entrar en Zarzuela, ya que Letizia tiene vetado cualquier tipo de alimento que lleve azúcares refinados, harinas no integrales o frituras de cualquier tipo.