El próximo jueves 15 de septiembre es una fecha señalada en rojo por los monárquicos del país. La próxima semana, la reina Letizia cumple años, soplará ni más ni menos que 50 velas. Y son muchos los que ya calientan motores. De momento, algunos medios le han regalado las orejas elogiándola y haciendo panegíricos. Otros han repasado algunas de las situaciones más controvertidas de su trayectoria como reina española, su carácter y cómo lo ha dejado ir a la mínima que ha tenido ocasión. El País Semanal ha sacado a la luz algunas informaciones bien jugosas sobre la asturiana, poco conocidas la mayoría, como su pasión loca por los caramelos de menta, su enfermedad crónica desconocida o cómo es en las distancias cortas.

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Letizia, con una fan / GTRES

Y lo que muchos intuíamos, cuando le tocan las narices o se cogen demasiadas confianzas, no duda en repartir sopapos en forma de palabras y reproches. Que se lo pregunten si no, a su marido Felipe, cuando durante el verano, en la recepción oficial en Marivent a las autoridades de la isla, le alzó el puño cuando el Borbón le recriminó que tardaba demasiado en saludar a un invitado que se estaba esperando como un pasmarote ante ella. Y ahora, el citado medio ha revelado qué pasó durante la última feria del libro de Madrid, donde según los cronistas desplazados, "se desgañitaba recomendando a un nutrido grupo de señoras que leyeran". Incluso, después de un encontronazo con una mujer que se debería quedar con las orejas temblando después de la respuesta que le lanzó la reina cuando ella osó meterse con una parte de su cuerpo, concretamente, su pelo. Mes de junio. Cerca de la reina, mientras ella estaba mirando y remirando libros entre las paradas, un grupo de mujeres. Una de ellas le suelta que las canas que se le ven "le hacen mayor", y que se haga unas mechas para disimularlas. De hecho, textualmente le dijo "hazte unas mechas, bonita".

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Letizia, en una Feria del Libro / GTRES

Un atrevimiento que no le gustó mucho a la mujer de Felipe. ¿Cuál fue su respuesta? Un contundente: "Sí, señora, pero que lea usted". Un zasca que probablemente dejó a la mujer de pasta de boniato. En otra ocasión, sin llegar a estos extremos, cuando la vieron en un Carrefour en un centro comercial, una señora se dio cuenta de su presencia, inesperada en un lugar como este, y le preguntó directamente, y tuteándola, "¿Y tú qué haces aquí"?. ¿Y qué le respondió la reina a esta curiosidad?: "Pues mira, como tú, comprando tomates". Un par de demostraciones de que la asturiana no se calla ante nadie y que si hace falta, suelta su mala sombra cuando le tocan las narices. Así que ya saben, si tienen pensado acercarse a ella y sacarle algún tema que no tenga nada que ver con las cuestiones puramente institucionales, que sepan que se llevarán una nata.