Ser Rey es todo un reto. Aunque muchos digan que los reyes no trabajan, demostrado queda que Felipe y Letizia fueron los monarcas que más trabajaron en 2022 según un estudio de la cuenta de Instagram @ufonomore. Don Felipe se puso el mono de trabajo en 191 ocasiones, mientras que Letizia es, de las consortes, la Reina con más días "en la oficina". Una estadística, la actual, que nada tiene que ver con las de antaño, donde Juan Carlos I en sus últimos años de mandato no movía un dedo. Su trabajo era más el de cazar elefantes en Botswana que el de representar a los ciudadanos españoles. "Lo siento mucho", llegó a decir. Ahora sabemos que otro de sus trabajos era ir a restaurantes a zamparse comilonas. Concretamente, a uno en particular...
El Rey tenía un reto: adelgazarse. Pero no lo conseguía... Tantas eran las reuniones y los menesteres de la Jefatura del Estado que a JuanCar no le quedaba más remedio que aceptar los manjares que le proponían. La mayoría de ellos en el restaurante El Landó. Lo revelaba antaño Vanity Fair: el rey no podía estarse de acudir muy a menudo a este restaurante del centro de Madrid. Allí, incluso después de su abdicación, el entonces emérito se reuniría con los ex presidentes del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar, Felipe González y el entonces vigente presidente Mariano Rajoy Brey. Tal era el arraigo de 'El Campechano' a este restaurante que incluso se revelan cuáles eran sus platos favoritos.
Pues los cogollos, el solomillo, los huevos rotos, el jamón ibérico y la ensalada de tomate con ventresca son los manjares de los que disfrutaba a diario Juan Carlos I en El Landó cuando vivía en España. Fue también su abundante presencia en este enclave la que le hizo ganar unos kilos de más que ahora parece haber rebajado en Abu Dabi. Allí, en los Emiratos, está a otra cosa mariposa. Disfrutando del caloret, de su nieto Froi y de su amigo el militar-niñera Murga. Eso sí, ya tiene ganas de volver a España: ayer se anunció que el emérito volverá a Sanxenxo los días 19, 20 y 21 de mayo. El alcalde del pueblo le espera con los brazos abiertos... y el propietario de El Landó reza para que le haga una visitita.
Y es que El Landó no es tan solo el restaurante escogido por el abuelo de Irene Urdangarin para celebrar comidas institucionales como la que tuvo con los (ex) presidentes del Gobierno. En El Landó también se habría gestado una de las comidas más importantes de la historia de la monarquía española. Allí fue donde JuanCar reunió a sus hijos Elena, Cristina y Felipe para contarles que Corinna Zu Sayn-Wittgenstein era su amante. Entre las paredes de El Landó, los hijos del monarca se enteraron de la gran noticia que lo cambiaría todo. El amor entre sus padres no era tan perfecto como parecía. Sería la revista HOLA! la que los cazaría a los cuatro saliendo por la puerta del famoso restaurante. La cara era de circunstancias. Su familia estaba rota...