Albert Solà, el camarero catalán de La Bisbal que asegura que es hijo del rey Juan Carlos, probablemente hubiera deseado ser belga. En una entrevista concedida a En Blau reconoció que su padre probablemente lo hubiera reconocido ya si él no hubiera sido un niño y si no hubiera sido el primogénito. Solà tiene mala suerte de no ser belga. Todo lo contrario que el rey emérito, que debe estar poniendo velas a todos los santos por haberlo hecho monarca de un país como España en lugar de Bélgica. Pero ya lo dice el dicho, cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar.
Que tome nota JC por lo que acaba de pasar en el país centroeuropeo, donde nuevamente acaban de pintarle la cara a la justicia española, retratada una vez más y dejada en evidencia. ¿Por qué? Porque este jueves la Corte de Apelación de Bruselas acaba de decidir que el rey emérito Alberto será multado con 5.000 euros diarios si no se hace una prueba de paternidad, tal y como informa El País. Una mujer, Delphine Boël, mantiene un largo litigio con el monarca belga para conseguir que reconozca públicamente que es su padre.
El pasado 25 de octubre ya se había sentenciado que el que hasta ahora se consideraba el padre biológico de Boël, no lo era. Entonces, el tribunal encargó a un hospital de la capital belga proceder a realizar una evaluación genética que permitiera establecer un vínculo de paternidad entre la demandante y el monarca, que dejó la corona en el año 2013 cuando abdicó en favor de su hijo Felipe. ¿Les suena, verdad? Qué curiosas casualidades depara la vida. Alberto de Bélgica abdicó en el año 2013. Juan Carlos en el 2014. El nuevo rey belga se llama Felipe. El de España, también. Al rey emérito belga le reclaman una paternidad de una hija ilegítima. Al rey emérito español, también. Pero la lamentable burbuja y el servilismo que hay en España hacia los Borbones hacen que las coincidencias se queden aquí.
Difícilmente se obligaría aquí a que Juan Carlos pagara 5.000 euros al día mientras siguiera sin reconocer si es el padre o no de Albert Solà y de muchos otros que han reclamado pruebas de paternidad del Borbón. Especialmente rotundo y cargado de ironía ha sido el abogado Gonzalo Boye, creador de las bases jurídicas para que los exiliados como Carles Puigdemont o Toni Comin puedan estar precisamente en Bélgica:
Zarzuela queda lejos del Palacio Real de Bruselas... Pero quién sabe si se pone en marcha un efecto dominó en la realeza...