La estancia de la familia real en el Palacio de La Almudaina llega a su fin. Durante una semana, el rey Felipe, Letizia, las niñas, la abuela, la tía e incluso, los primos díscolos como Froilán, que tradicionalmente prefiere ir de fiesta con los amigos, se han reunido en tierras mallorquinas para navegar, ir a comprar pescado, ir de concierto, lucir vestidos inapropiados e ir a cenar.

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Froilán, por cierto, con una mancha muy inapropiada en el pantalón, cerca de la entrepierna. ¿El único que no estaba? Juan Carlos, que por 'prescripción médica' se ha tenido que quedar en casa, pobrecito él, a recuperarse de su lesión, haciendo reposo, no yendo a Palma a que le regañen por el affair Corinna o yendo a cenar y tomar copas en una cena haciéndose confidencias con una amiga íntima. Lo habitual cuando se trata de guardar reposo. Pero en Palma, el resto de su familia ponía el punto y final con una cena para celebrar 'la unión nada hipócrita' que hay en la Casa Real... También celebraron el buen papel del Bribón, que no necesitó del rey emérito para proclamarse campeón de la Copa del Rey de Vela, o el segundo lugar del Títia gobernado por su hija Elena.

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Después de la entrega de premios, el festín familiar. Las casualidades de la vida han hecho que mientras el rey celebraba feliz la bondad de los borbones, alguien muy próximo a él moría. José Antonio Alcina del Cuvillo, general ya retirado que se encargó durante nueve años de la formación del entonces joven príncipe de Asturias desde 1984 hasta 1993, moría horas antes a los 82 años. Fiel a la Corona y a Juan Carlos, Alcina fue el preceptor de su hijo, el secretario personal y quien guiaba sus pasos cuando el entonces heredero tenía 16 años.

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Un hombre leal que protagonizó, sin embargo, un momento de tensión con el ahora rey cuando escribió un libro sobre la formación de Felipe que desagradó a los responsables de Zarzuela. El general fue el primero que después de trabajar para la Corona escribió sobre un miembro de la familia real, y desde dentro, cosa que Felipe encontró del todo inapropiado. La publicación del libro se paralizó durante unos años hasta que finalmente vio la luz en el 2004, en una versión muy edulcorada de los años de adolescencia y juventud.

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Sólo instalarse la capilla ardiente del preceptor en El Puerto de Santa María, los reyes actuales y los eméritos han enviado sendas coronas de flores. No se espera su presencia en tierras gaditanas.