En Zarzuela están nerviosos. El próximo lunes tendrá lugar en la abadía de Westminster el funeral por la reina Isabel II, después de que haga ya unos cuantos días que murió, y que todo el pueblo ya le haya dado su pésame y despedida. Será una cita que tiene a todo el mundo desquiciado: los británicos, por la importancia del acto, por el alud de autoridades y royals que irán a dar su último adiós y por la magnitud del acontecimiento. En la casa real española también están preocupados. Pero no porque todo salga bien, sino por una presencia que a estas horas es toda una incógnita: la del rey emérito Juan Carlos.
Atado a la reina inglesa, su Lilibeth, como él le decía, en Zarzuela están tensos ante una firme posibilidad que lleva de cabeza a todo el servicio de seguridad de la casa. El diario El Español, incluso, explica que "Juan Carlos ha pasado más de una semana nervioso, meditando esta decisión y planeando su viaje. Lo primero que tenía que conseguir era un vuelo, algo para lo que no ha tenido problema, ya que el emir de Abu Dabi ha puesto a su disposición sus jets privados". Así pues, solventados los problemas de intendencia, queda resolver la otra parte de la ecuación: los problemas morales. ¿Es conveniente que haga acto de presencia un rey repudiado en su país, qué vive hace dos años en los Emiratos, y a quién no quiere ver ni en pintura su propio hijo, y ya no digamos, su mujer o su nuera? La respuesta, es obvio que no, pero a él le lame un pie, empeñado como está en presentarse ante los españoles como un santo que no ha roto un plato y que no se merece todo el ostracismo al cual se lo ha relegado.
El citado medio explica, de fuentes próximas, que "tiene toda la lógica que se le invite y ninguna que vaya". Y todo el entorno de Felipe, y sus miembros de confianza dicen que al rey español "le incomoda la decisión que ha tomado Juan Carlos I e intentan comprenderla, pero están preocupados por la repercusión de la noticia en todos los medios de comunicación". Tienen una certeza: "Todos los fotógrafos que se acrediten para cubrir el funeral van a estar pendientes de poder hacer la foto entre los dos reyes, cosa que intentaremos evitar como sea". Prepárense para un esperpento, una especie de comedia de enredos de aquellas donde todo el mundo intentará evitar a toda costa que se crucen padre e hijo... "Aunque claro, si se encuentran en un momento dado ¿no va a saludar don Felipe a su padre?", explica una persona próxima a la Casa Real.
Teniendo en cuenta, sin embargo, el rango de cada uno, es probable que no tengan ni que cruzarse: Felipe VI irá como jefe de Estado y representando a la Casa Real española, y se sentará en las primeras filas de los invitados. Juan Carlos lo hará en la zona de las familias reales europeas, que estarán mucho más atrás. Más de 2.000 invitados... "puede que Zarzuela tenga suerte y que no llegue a producirse ese encuentro". Veremos qué pasa. Pero puede ser muy patético ir observando los movimientos de Felipe, informado en todo momento por su equipo de dónde se encuentra su padre, y disimulando yendo hacia la otra punta de la abadía, como si jugara al escondite o al gato y al ratón. Escondiéndose de su propio padre a los ojos de todo el mundo... Yo, si fuera Juan Carlos, haría lo que fuera para que se produjera el encontronazo con su hijo... Será impagable ver la cara que pone Felipe y cuál es su reacción.