Cuñado de Iñaki Urdangarin, rey, jefe del Estado, de las Fuerzas Armadas, símbolo de unidad, marido de Letizia... De todos los papeles, el favorito de Felipe es militar. Es cuando va de verde que se le nota satisfecho. Esta semana trepidante de actos oficiales lo acaba visitando el Museo del Ejercito ubicado en el Alcázar de Toledo. Entre tanta camaradería castrense, masculina y bélica, la foto que exigía poner cara de póquer era la de Felipe miliar ante su cuadro de militar. Los dos pintados al óleo:
Felipe VI dice que así "promueve la cultura de la Defensa", volviendo al museo 9 años después de inaugurarlo como príncipe. "Cultura militar" es un oxímoron, pero la contradicción es el fuerte de la "monarquía parlamentaria", otro oxímoron.
Una contradicción en sus propios términos.
El museo tiene 370.000 visitas el año, muy lejos de las grandes pinacotecas, como el Prado, el Reina Sofía o el Guggenheim. Estos sí, cultura sin apellido. Y con cuadros de valor