Felipe de Borbón y Grecia cumplirá 52 años el mes que viene. A su edad empieza a ser mayor y tiene mala genética. El rey Juan Carlos ha pasado más por los médicos que por el Parlamento. Zarzuela ha guardado un gran secretismo sobre el estado de salud del rey emérito. Y ahora pasa con Felipe. La endogamia de los Borbones no ayuda a tener un buen sistema inmunológico. Juan Carlos impidió que su hija mayor, Elena, reinara porque "no está condiciones". Pero viendo el papelón del actual monarca, ¿qué tiene Felipe VI? Algún defecto físico. Peñafiel lo aclara en su libro.
El rey Felipe sufre de narcolepsia. Es decir, se duerme sin saberlo ni controlarlo. Fuera de lugar y de horas, parece un zángano, pero es que se duerme. Escribe Peñafiel: "Era un niño malcriado, flojo en sus estudios, con faltas de asistencia y puntualidad y déspota. Con un grave problema añadido: el sueño. Su pubertad le provocaba cierta vagancia, somnolencia y falta de interés general. Se quedaba dormido hasta de pie". Peñafiel revela los trucos para despertarle.
El truco para espabilar el empanado Felipe era, sobre las siete y media de la mañana, "tirarle de los pies, abrir las ventanas de par en par o llamarle por teléfono desde la centralita de Zarzuela". En el capítulo dedicado a esta enfermedad del libro Anécdotas de oro, el cronista más veterano de Zarzuela narra: "Si estaba sentado, Felipe se dormía, por eso recomendaron que estuviera siempre de pie sin apoyarse porque sino también se dormía. Y con los codos en la mesa dormía igual". El decano de los periodistas reales pone nombre a la enfermedad: "Padece narcolepsia".
El problema no fue sólo de adolescencia. Se alargó siendo Felipe adulto, en la época universitaria: "En Canadá el régimen del College era muy estricto. La gobernanta tenía que recurrir a una bolsa de hielo en la cara de Felipe". Peñafiel no es médico, pero sabe el diagnóstico y que no tiene solución: la narcolepsia no tiene cura. Felipe empanado, dormido y disperso. Lo que sí se cura es la monarquía: sometiéndola a votación.