La operación esconder al rey Juan Carlos que ha hecho la familia real estos días en Palma ha sido tan torpe que ni ellos mismos se la creen. Se le esperaba en como agua de mayo en La Almudaina para hacer la foto oficial de las vacaciones veraniegas de la familia real y se le esperaba a bordo del Bribón. Pero el rey emérito no quiso capear el temporal y ya veía a venir que los abucheos por el affair Corinna le haría silbar las orejas.
Por eso decidió correr un tupido velo, y ausentarse de la copa del rey de vela. Según el Servicio Médico de la Casa de Su Majestad, Juan Carlos "no debe realizar actividades físicas intensas debido a la reagudización, por sobrecarga de apoyo, de una antigua lesión (...), que en este momento podrían verse agravados". Su hijo Felipe se sumó al paripé monárquico justificando la ausencia de su padre para recuperarse de su lesión.
Vaya, vaya, el Emérito de cena con amigos 2 días antes de que Zarzuela hiciera el comunicado de la @CasaReal de que no asistiría a Mallorca este año por "enfermedad"
— Monica Limon (@MonicaLimoni) Augusto 4, 2018
Con Alicia Koplowitz,Javier Solana, el empresario Pedro Arango en el restaurante El Trasgu de Torrelodones pic.twitter.com/ozo3kkqo47
Pero después se supo que donde se estaba recuperando Juan Carlos era en un festín en Torrelodones al lado de personas próximas a él como la empresaria Alicia Koplowitz, amiga íntima y confidente, mientras tomaban alguna copita de vino. Lo que ahora se ha sabido es que quien también fue a Palma en medio de un periodo de recuperación físico fue el rey Felipe. Pero si tampoco él se hubiera presentado en tierras mallorquinas hubiera sido un escándalo. Pero posiblemente el hijo tenía una excusa de mayor peso que el padre para faltar a la cita ante los fotógrafos.
De hecho, incluso su participación al frente del barco Aifos 500 estuvo suspendida en el aire hasta poco antes de empezar la competición naviera. Porque según explica Semana, el pasado 14 de julio tuvo que ir a la clínica Ruber Internacional de Madrid para pasar por el quirófano y solucionar unos problemas en la espalda que le estaban llevando por el camino de la amargura. El rey se sometió a una operación de radiofrecuencia por aguja, con sedación, que se conoce como rizolisis, y que aligera el dolor mediante una intervención rápida. El rey, convaleciente, de una operación menor, es cierto, pero convaleciente al fin y al cabo, tuvo que hacer un papelón porque su padre hizo mutis por el foro y ni está ni se le espera en Palma. No nos extraña que los partidarios de la monarquía valoren hoy en día mucho más la imagen del actual rey que la del emérito.