Ni Barcelona ni Figueres, el monasterio de Poblet. Felipe y Letizia tenían que viajar el viernes a Catalunya y visitar la capital del país y el Empordà, como una etapa más de su particular tour de verano por todas las comunidades autónomas posterior a los meses de confinamiento. Pero con el argumento de los rebrotes de Covid-19 (y la sombra de las más que previsibles manifestaciones independentistas), los reyes de España decidieron cambiar de planes y desplazarse, este lunes, únicamente hasta el conjunto eclesiástico donde están enterrados los monarcas de la Corona de Aragón. En la entrada del recinto les ha recibido el Padre Abad, Octavi Vilà.
Mientras en el exterior miles de personas se han concentrado con el lema "Catalunya no tiene rey", Felipe y Letizia han hecho oídos sordos y han paseado con aparente normalidad por el monasterio. Él ha dejado atrás las camisas que ha llevado últimamente en las playas de Benidorm y las Canarias y se ha puesto traje y corbata. Ella, enfundada para la ocasión dentro de un vestido azul cielo similar al que llevan las novicias cuando se preparan para ser monjas, diseño de Pedro del Hierro y que ya lució durante un viaje oficial a Mozambique en 2019. En los pies, unas espardenyes blancas con tacón (guiño a los catalanes) que ya llevó cuando visitó, dos semanas atrás, el País Valencià. Estas han sido las pintas cuando se han fotografiado con Vilà delante del altar de la iglesia:
Con las manos entrelazadas por debajo del ombligo, las cámaras han captado la pose de Letizia como si acabase de orar y jamás hubiese roto un plato. Su mirada gélida escrutando a los periodistas dice lo contrario. Pero la imagen de calma impostada y el esfuerzo de los Borbones por esconder la realidad de su viaje han sido en vano. Silencio en el monasterio, gritos antimonárquicos en la calle. Una gran marcha con esteladas y banderas republicanas españolas se ha desplazado hasta ahí desde l'Espluga de Francolí.
Revuelo en Catalunya por la visita real, que se suma además a los escándalos de corrupción de Juan Carlos. Horas bajas para la monarquía en toda España, las encuestas no les van a favor. Sólo un milagro de la monja Letizia podría arreglarles la situación. Tiene que rezar mucho.