El rey Felipe viajó el pasado fin de semana hacia Bolivia, donde asistió, entre otros despropósitos, a una esperpéntica versión del himno español:

Su cara, a pesar de la mascarilla, es un poema. Horripilante versión, con el vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias y la ministra de AA. EE. sin saber hacia dónde mirar. El diario El Español desgrana como fue el viaje hacia el país sudamericano, teniendo en cuenta que durante 14 horas, dos personas que no son especialmente los mejores amiguis (Felipe e Iglesias) compartieron vuelo a 12.000 metros de altura (recordemos aquel "al rey no le ha elegido nadie" de hace unos años). Por lo que explica el medio, el vuelo en el Reino de España fue plácido. A duras penas hablaron, aunque el trato fue "exquisito. La cosa fue muy tranquila, como no podía ser de otra manera: fue de cordialidad total. Ni el Rey le tiró del moño, ni Iglesias a él de la Corona," revela bromeando una de las personas que viajaban en el séquito.

Felipe VI (GTRES)

¿Curiosidades del vuelo? Iglesias socorrido por los médicos del Borbón  ("el médico que siempre va con el Rey le dio una pastilla porque tenía un terrible dolor de cabeza causado, como nos ocurre a casi todos, por el mal de altura que se sufre nada más llegar a La Paz") o Felipe pasando muchos ratos en el despacho con cama y ducha de su cabina, pero con tiempo para socializar e ir repartiendo pastitas que le regalaron: "Cuando volvieron, tras hacer escala en Santa Cruz, el Jefe subió a bordo con unos panecillos de queso que le habían regalado y fue por el avión bromeando y repartiéndolos, por supuesto hubo uno para Iglesias, que se pasó todo el viaje leyendo su libro. Iglesias le agradeció el detalle al Rey".

Felipe VI y Pablo Iglesias (Efe)

Quédense con este detalle: Iglesias se pasó todo el viaje leyendo su libro. ¿Qué libro? La distancia del presente, de Daniel Bernabé. Un ensayo sobre la democracia española entre el 2010 y el 2020. Una obra que explica cómo se ha pasado de una España donde todo parecía  "atado y bien atado: con un bipartidismo incuestionable, una monarquía respetable y unas fuerzas sociales que apenas emergían de su sopor neoliberal" a otra donde "el panorama está irreconocible, el bipartidismo ha muerto -y ha resucitado- y la monarquía está en crisis continua".

Una portada que Felipe vio durante todo el trayecto en sus morros cada vez que se levantaba y pasaba delante de Iglesias. Un libro que habla sin ambages del declive de su monarquía, de su país lleno de "la corrupción que sigue siendo el pan nuestro de cada día". Una obra cuyo autor ha escrito hace sólo un mes, algunos tuits demoledores como estos:

Sensacional. Que alguien le regale el libro a Felipe y que se lo lea en su próximo viaje oficial.