La polémica real de la semana lleva el nombre de Marta Gayá. Después de hacerse pública una grabación que confirma la relación que Juan Carlos I mantuvo con la mallorquina, ahora la periodista experta en Casa Real Pilar Eyre ha querido dar más detalles sobre el affaire. Entre estos, el supuesto apodo con el que Gayá llamaba al monarca emérito en la intimidad, Juancho.

Así, siempre según Eyre, los encuentros entre los dos habrían sido frecuentes, también en Vaquiera, puesto que ambos compartirían la afición por el esquí. En este sentido, la periodista relata que "un coche oficial" iba a buscar a la mallorquina al aeropuerto de Barcelona, para luego transportarla hasta Vaqueira "acompañada de un escolta".

Eyre, que define a Gayá como una "mujer normal", también ha explicado que entre la clase alta de Palma "todo el mundo" sabía de la relación, y que esta se habría acabado por los presuntos "celos" de Corinna, en ese momento también ya supuesta amante de Juan Carlos I.

Juan Carlos I y Sofía. Imagen: GTRES

"El Rey llegó a perder la cabeza"

En el programa Sálvame de Telecinco, donde Eyre ha participado este jueves, otros periodistas han aparecido para comentar el affaire Juan Carlos I-Gayá. Entre estos, el también experto en Casa Real Jaime Peñafiel, que afirma que la mallorquina ha sido "el amor de más larga duración y quizás la persona que [el Rey emérito] más amó". En la misma línea opina el periodista Juan Luis Galiacho, que afirma que Gayá fue "su gran amor", y por ella Juan Carlos "llegó a perder la cabeza".

En la conversación también se ha recordado el episodio del 22 de junio de 1992, en los que el monarca emérito "habría faltado a sus obligaciones para ir a Suiza", con el presunto objetivo de encontrarse con Gayá. El Mundo y la revista Época se habrían hecho eco de los hechos en ese momento.

La noticia de este nuevo affaire de Juan Carlos I ha salido a la luz este jueves, cuando OK Diario publicaba una conversación del entonces monarca con un "íntimo amigo", donde hablaba de Gayá. La llamada, efectuada en 1990, habría sido grabada por el CESID -el actual CNI- sin conocimiento del Rey. Entre las cosas que dice Juan Carlos de su relación la empresaria, destaca la afirmación de que "nunca he sido tan feliz". El mismo diario asegura que la grabación de la llamada "habría estado desaparecida durante 26 años", puesto que la dirección del espionaje español "negó reiteradamente su existencia".