Dos libros sobre el rey huido Juan Carlos I están revolucionando todavía más su tormentoso presente, pasado y futuro. Uno, el de Ernesto Ekaizer, 'El rey al desnudo', que viene con sorpresa: revela que el emérito tiene una supuesta nueva amante, su biógrafa. La escritora francesa (y casada) Laurence Debray es la autora de 'El rey venido a menos" (Mon roi déchu), precisamente la segunda novedad editorial que ha puesto todo patas arriba. El periodista argentino dijo en TV3 que "ha tenido relacionas íntimas con él. Esto lo digo yo". La aludida no ha confirmado la exclusiva, claro, pero se han rescatado palabras definitivas sobre el Borbón: "Yo era la única en la familia -y creo que media Francia- que amaba al rey Juan Carlos". Lío y de los buenos en Zarzuela, como siempre.
En cuanto al mencionado título de Debray, la revista 'Paris Match' ha sido la encargada de hacer la avanzadilla y provocar la atención del público y los medios de comunicación. Hasta el momento, lo más jugoso ha sido hacer pública la mala relación con su hijo, el rey Felipe VI. Cosas como "algunos están muy contentos con que yo me marchara" o "mi hijo no me felicitó por los 83 años el pasado mes de enero". Pero hay más. Y Antonio García Ferreras ofrece más detalles en 'Al Rojo Vivo' de La Sexta.
El periodista favorito de Florentino Pérez se apunta a destripar el libro, y ha encontrado un detalle sobre el estado actual de salud de Juan Carlos en los Emiratos. Aunque presume de estar "como un toro" para desmentir las informaciones siempre verosímiles de la cronista que mejor lo conoce, la catalana Pilar Eyre, la realidad es otra. Todos recordamos aquella alarma por un posible traslado del Borbón a España debido a los efectos secundarios de la vacuna china contra el coronavirus que le administraron en Abu Dhabi, y que estuvo a punto de acabar con su vida. Pues bien, quizás "está como un toro", pero uno famélico. En el desierto ni vacas ni toros encuentran pastos, por mucho dinero que tengan los jeques. Y el rebaño queda esquelético. Si a eso le sumamos las malas noticias que llegan desde España, Suiza y Londres, donde se está destapando toda su porquería, se entiende que haya perdido su famoso apetito.
Como las fotografías actuales del Borbón aparecen con cuentagotas y son como encontrar agua en el desierto, nos tenemos que fiar de la descripción que hace su admiradora y escritora de cabecera: parece "un turista americano, un banquero de Manhattan, en su retiro en Florida. No sé si el polo le va grande o es que ha adelgazado mucho. Cierto: Juan Carlos confiesa: ha perdido 12 kilos". Consumido por los nervios, la distancia y el runrún que lo tiene acorralado, ya no tiene ni ganas de zamparse sus festines pantagruélicos. La báscula no miente.
Un rey jubilado y desterrado de su reino que va perdiendo peso a toda pastilla. Peso en términos de respeto y reputación, pero también del físico. Ya no es ni la sombra de lo que fue. Cierto es, pues, que sea un rey venido a menos.