Este verano en Mallorca se ha visto durante unos días al rey Felipe y Letizia con las niñas y la reina Sofía. A quien no se ha visto ni en pintura por Palma es al rey emérito. Un presente de hechos vergonzantes, como las grabaciones de Corinna, han dejado atrás un pasado orgulloso luciendo palmito en aguas baleares por parte del rey Juan Carlos. Por ejemplo, cuándo apareció desnudo en una revista italiana.
Ahora, la revista Vanity fair explica en un reportaje los secretos ocultos de esta y de otras imágenes reales comprometidas, poniendo el foco en los célebres paparazzis que viven y se desviven por la mejor imagen. ¿Por qué seguían yendo, pues, a Mallorca, sabiendo que la isla está llena de reporteros gráficos? "Es indiscutible: el que va a Mallorca, va a que lo saquen. Podría escribir una tesis sobre el tema. Es más: algunos, si no salen, te llaman. Hacen lo imposible", explica Antonio Montero.
Sobre el culo regio de Juan Carlos a bordo del Fortuna, Miguel Ángel Gordillo, exsubdirector de Interviú explica que "Me citaron en un Vips para enseñarme las fotos. Me quedé de piedra. Lo primero que hice fue llamar al presidente del Grupo Zeta, claro. Me están ofreciendo esto, ¿qué hacemos?’. ‘¡No quiero ni verlas, ni verlas’, me contestó". Pero a pesar de acabar en una revista italiana como Novella 2000, "no estaban todas. Yo vi un juego de por lo menos 20 fotos y allí salieron una o dos. Estaba en la cubierta del barco con un gorrito blanco y totalmente desnudo. Lo mismo bocabajo que bocarriba. Como en la parrilla de San Lorenzo". El rey emérito cabeza arriba y cabeza abajo. Como un pinchito borbónico.
Según parece, las agencias decidieron entregar 24 diapositivas a la Asociación de la Prensa. Menos una. Según Montero, sin embargo, lo que llamaba más la atención del caso no fue "conseguir unas fotografías del rey ataviado como el personaje protagonista de El traje nuevo del emperador", sino cómo se libraron de las fuertes medidas de seguridad que protegían al monarca de objetivos indiscretos. "Había 150 policías destacados en Mallorca, una patrullera militar con cañones y todo, y dos o tres lanchas de la Guardia Civil. Y aun así, llegamos cinco tíos a hacer fotos a 50 metros del rey. Desnudo". Explica també que “Cuando el rey se enteró, pensó: ‘A ver quién tiene huevos de publicarlas’. No los hubo".
¿Y qué más había en aquella serie de fotos, aparte del rey desnudo? La reina Sofía en bañador y la infanta Cristina en toples. "Yo las quemé", asegura el paparazzi, que al ser preguntado si tiene en su poder más fotografías incómodas para la Casa Real, dice que "alguna. El rey no se cortaba mucho. Yo tengo una muy muy comprometedora de don Juan Carlos. Me he planteado publicarla en un libro. Algún día". Quien sabe si cuando este día llegue, a la monarquía española ya se le han caído todas las vergüenzas. Y no hablamos sólo de cuerpos desnudos.