El rey Juan Carlos está tocado y Risto Mejide quiere hundirlo definitivamente. La semana que la Fiscalía del Tribunal Supremo ha anunciado que investiga al exmonarca por posible delito fiscal y blanqueo de capitales, el presentador catalán de Todo es mentira abre el cajón de la mierda, pone en marcha el ventilador y pringa el emérito hasta las cejas. Con la ayuda inestimable de Antonio Montero. El paparazzi se estrena con el publicista en su programa de Cuatro y recuerda algunos de los escándalos más sonados del Borbón, entre los cualos está la censura a Bárbara Rey ya hace 23 años en Tómbola, después de que Canal 9 anunciara que lo explicaría todo sobre su relación, o la prohibición a la revista El Jueves de publicar dos portadas especialmente punzantes con la monarquía, la famosa viñeta de Felipe y Letizia manteniendo relaciones sexuales y la de Juan Carlos abdicando en su hijo con una corona llena de estiércol, y las cintas de Corinna y el comisario Villarejo.
Entre polémica y polémica, Montero relata también cómo hizo la famosa fotografía del desnudo integral de Juan Carlos a bordo del Fortuna. "Me dicen, ¡que está en pelotas el rey!", explica. "Estaba con la reina Sofía. La infanta Cristina hacía topless. Pero no estaban con él. Él estaba solo en la cubierta de arriba". Durante años, el nuevo colaborador de Risto fue la sombra del emérito, persiguiéndolo para hacerle fotos que después pudiera vender a las revistas. Hay un montón que nunca han visto la luz. "Yo le he hecho muchas fotos al rey Juan Carlos que han sido censuradas (...) No tengo miedo pero me han pasado cosas muy raras. Denuncié un suceso y jamás he recibido ningún tipo de notificación", lamenta dejando claro que no le teme a nada ni nadie. Bajo la atenta mirada del presentador, Antonio suelta una bomba: entre las imágenes censuradas tiene unas dónde aparece totalmente desnudo con una famosa de la que no ha dicho el nombre.
Montero asegura que no tiene miedo de las represalias pero no enseña las fotos secretas de Juan Carlos y la misteriosa famosa desnudos. Las joyas de la corona del emérito continuarán guardadas, de momento, bajo llave.