En Palma de Mallorca todavía esperan al rey Juan Carlos. Los reyes Felipe y Letizia, acompañados de las hijas y la reina Sofía, pasaron unos días en las islas donde, entre otras cosas, se hicieron la foto del posado del verano. Mientras tanto, el rey emérito brillaba por su ausencia después del affaire Corinna. Pero Juan Carlos también estaba en unas islas. Pero un poco más lejos, las griegas.
Antes de asistir hoy al homenaje a las víctimas de los atentados, los reyes de España hacían el paripé ante los fotógrafos en el Palacio de La Almudaina y disculpaban la ausencia de Juan Carlos debido a la lesión en las caderas y el obligado tiempo de reposo por prescripción médica. Poco después se supo que el rey no estaba enfermo, estaba de parranda yendo a cenar con un grupo de amigos, entre los cuales, una de las mujeres más ricas del país, la empresaria Alicia Koplovitz, con la que se regaló confidencias entre copa y copa.
Vaya, vaya, el Emérito de cena con amigos 2 días antes de que Zarzuela hiciera el comunicado de la @CasaReal de que no asistiría a Mallorca este año por "enfermedad"
— Monica Limon (@MonicaLimoni) Augusto 4, 2018
Con Alicia Koplowitz,Javier Solana, el empresario Pedro Arango en el restaurante El Trasgu de Torrelodones pic.twitter.com/ozo3kkqo47
Costumbre que ha seguido manteniendo, a pesar de seguir recuperándose de una lesión. Antes de su reaparición pública en una plaza de toros, el padre del rey fue al restaurante de Jose Mari Arzak en San Sebastián a ponerse hasta arriba de bogavante y chipirones.
Pero ahora, la revista Vanitatis revela dónde ha estado el monarca durante estas vacaciones antes de reaparecer yendo a ver una corrida de toros. Según explican, Juan Carlos puso tierra de por medio con destino a la tierra de su mujer Sofía y se marchó hacia Grecia. En concreto, decidió aceptar la invitación para instalarse en una de las islas griegas propiedad de un magnate de aquel país. Fue en un avión privado de un amigo multimillonario y con él había, entre otros, una de sus amigas íntimas y de quién se especuló que en el pasado habían tenido algo más que amistad, la decoradora mallorquina Marta Gayá de quién hace poco explicábamos que se había vendido la casa de Palma que tenía desde hacía años.
¿Qué se dijeron? ¿De qué hablaron? De momento se desconoce, como si también se llevó con él la peluca y el sonotone.