Juan Carlos I será sometido hoy mismo a una operación de corazón, tal y como anunció el Palacio de la Zarzuela hace tan sólo dos días. El rey emérito ha ingresado esta noche en la clínica Quirón de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Y lo ha hecho con un semblante tranquilo, aunque la intervención es seria. "Me veréis a la salida", han sido las declaraciones del Borbón recogidas por los periodistas que esperaban a la puertas del centro médico.
Aunque se trata de una cirugía de riesgo, Juan Carlos no pierde la calma. O eso es al menos lo que aseguran fuentes de su entorno. Según el diario El Mundo, Pedro Campos, uno de los amigos regatistas del monarca, ha revelado a su círculo que "es una operación seria pero él está tranquilo". Otros en cambio, no las tienen todas consigo. En su cuenta de Twitter, Pilar Eyre no esconde su desazón: "Sigo con preocupación, tristeza y algo de temor el estado de salud de don Juan Carlos".
Las palabras de la cronista real catalana se explican por la dificultad de la intervención a la que se tiene que someter Juan Carlos I. La casa real no ha querido dar detalles, pero El Mundo ha revelado de qué se trata: la colocación de tres bypasses. Una cirugía que tiene la finalidad de mejorar el riego sanguíneo de los pacientes que, como el rey emérito, tienen algún tipo de obstrucción a las arterias coronarias.
La operación que le hacen hoy al rey Juan Carlos es a corazón abierto, con lo que habrá que abrirle el tórax. Eso, unido al hecho que el monarca tiene ya 81 años, eleva el riesgo de la cirugía. El Palacio de la Zarzuela no quiere hacer valoraciones al respecto y el hermetismo en torno a la familia real es total en este aspecto. El proceso de recuperación que prevén para el padre de Felipe VI también será largo. Después de la intervención está previsto que el rey emérito pase entre 10 y 11 días ingresado en el hospital.