La Familia Real española está en (mala) racha. Desde que Letizia dejó claro ante toda España que no soporta a su suegra, todo les sale mal: la reconciliación entre reinas no se la traga nadie, Urdangarin ingresa en prisión, Felipe VI tratado como un apestado en Girona y el retorno de Corinna, con unas consecuencias que todavía no se avistan. Lo que truncó la suerte de los Borbons fue una fotografía, la que Letizia impidió hacerse a la reina Sofía con sus nietas en la catedral de Palma. Desde entonces todo va mal. Quien ahora restriega por las prominentes narices borbónicas una fotografía de familia real bien avenida son los monarcas holandeses: Guillermo y Máxima. Comparen cualquier foto de Felipe, Letizia y las niñas con la foto oficial del verano de los reyes de Holanda:
El rey de rodillas, la reina sin haberse tragado una escoba como la de Letizia y las niñas haciendo muecas y tocándose el pelo. Una palabra que en Zarzuela ignoran: naturalidad. Y no será porque Máxima haya tenido buenas noticias: han fallecido su padre y su hermana pequeña en los últimos meses. Pero saben que la monarquía es imagen. En España, será por los asesores o por el mal humor que desprende Letiza pero la Corona no sólo ya no es ejemplar y agoniza, sino que encima es antipática. Nadie se imagina la foto de Marivent de cada verano de los Borbones con Felipe incando la rodilla y Letizia sonriente con la postura en brazos de una plebeya.
La foto de arriba parece la de una familia normal un día de barbacoa en el jardín y la de abajo una familia carca esperando el autobús. Dos fotos oficiales de los reyes en las residencias de verano con niñas que rondan los 12 años. Después dirán que en el sur de Europa todo es menos rígido. Si la monarquía es imagen y la monarquía española ya no tiene imagen, la conclusión es clara: la Corona no sirve.