Al acto conmemorativo del golpe de estado del 23-F no ha faltado casi nada, se han visto pifias de los políticos y algunas ausencias justificadas, como por ejemplo la de los independentistas catalanes y vascos. Quien tampoco ha aparecido, para sorpresa de nadie, es el rey emérito, que hace más de 200 días que no pisa España. Como también era de esperar, este acto nos ha dejado una pifia del rey Felipe VI, detectada por Patrycia Centeno, periodista experta en comunicación política. Todo ha empezado con una imagen de la llegada del monarca al acto, donde saluda a la gente con la distancia de seguridad requerida por la pandemia, y el saludo recomendado, pero con un error: se pone la mano al otro lado de donde es el corazón.
Pero el ridículo ha ido a más cuando ha llegado el tradicional "besamanos", donde también ha saludado de la misma manera, y con el mismo error todo el rato.
Las burlas no han tardado en llegar.
¿Probablemente nos equivocamos el resto de mortales, ya que, si tiene la sangre azul, quizás tiene el corazón en la derecha, quien sabe?