Este lunes, el rey Felipe le ha sacado el polvo al traje de soldadito español y a las medallas militares y se ha ido a hacer el paripé con su habitual cara digna e intensita a la hora de pasar revista. Primero, visitando las unidades de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) en la Base Coronel Maté (en Colmenar Viejo) con motivo de su 50.º aniversario. Después, visitando el Centro de Simulación de Helicópteros y recorriendo las dependencias de la Academia de Aviación del Ejército de Tierra (ACAVIET) en la misma localidad. Y todavía una tercera actividad, durante el vuelo en helicóptero con motivo de su visita al Batallón de Helicópteros de Transporte nº. V de la FAMET, también en Colmenar Viejo.

No hay cosa que le guste más al Borbón que disfrazarse de militar. Una de las cosas que lo hace estar más orgulloso es ser el jefe de las fuerzas armadas y ver cómo su hija mayor coge el relevo. Una princesa Leonor a quien hacen hacer tres años de formación marcial en diferentes academias, empezando por la de Zaragoza. Allí, la heredera está haciendo muy buenas migas con sus compañeros y compañeras de promoción. Cadetes como ella, que van a su pizzería de cabecera y que de vez en cuando visitan locales nocturnos de ocio, cosa que preocupa un pelín a Zarzuela. Leonor, encantada de la vida, con algunos cadetes más que con otros, y donde incluso hay quien dice que con algunos tiene un feeling especial, como se vio en el besamanos posterior al desfile por el 12 de octubre.

Leonor rodeada de soldados chicos GTERS
Leonor / GTRES

De casta le viene al galgo. De tal palo tal astilla. Los dos Borbones, padre e hija, encantados de la vida de su formación militar. Leonor, en pleno proceso. Felipe, ya hace muchos años que fue a la academia. Época que recuerda con nostalgia, por eso, a la mínima que puede, se rodea de militares y posa todo orgulloso a su lado.

Como dicen en El Español, "Él es militar y se siente uno de ellos hasta la médula". Eso ha pasado este lunes, pero hace unos días, lo que visitó Felipe fueron las instalaciones de la Maestranza Aérea de Albacete (MAESAL), en la Base Aérea de Los Llanos.

Felipe, con cazadora color verde caqui tipo bomber, como si fuera un extra de Top Gun. Allí, el monarca estaba en su salsa, y más, reencontrándose con sus amiguis: "Al Rey le encanta, se siente uno de ellos, los escucha, les atiende y, sobre todo, les comprende. Se empapó de la vida de los cuarteles, hizo amigos que ahora son su mejor compañía y es cuando está con ellos cuando más relajado se le ve", explica el citado medio. Pero lo que llama más la atención es la revelación del apodo que sus colegas de la academia utilizaban y todavía ahora lo hacen, para referirse a su amigo. Un mote ridículo, y él, tan contento. Si a su hija Leonor, algunos cadetes le llaman con un nombre que no gusta, la cadete bombón, haciendo un juego de palabras con tufo de machirulo con su apellido Borbón, al padre le llamaban y le llaman de muchas maneras.

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Felipe / Casa Real

En Murcia, los compañeros de academia le llamaban SAR, siglas de Su Alteza Real, "que coinciden con las del servicio aéreo de rescate, que descubrió su pasión por volar"Pero había más: "Con los mandos le dábamos el trato de príncipe, cuando estábamos solos era Felipe, sin más. A veces le llamábamos Pipe o Winston, por ser largo y rubio como el tabaco. Y así sigue siendo, tantos años después", confiesa uno de los amigos del rey, que también ha revelado una cosa sorprendente, y más teniendo en cuenta lo tacaño que es ahora el Borbón: "Al principio era muy reservado, hasta que cogía confianza. Se negaba a que le invitáramos, siempre pagaba".

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