Aunque la princesa Leonor y la infanta Sofía han sido educadas de la misma manera, alguna diferencia, como es normal, hay entre ellas. De hecho, de carácter ya dicen que se parecen como un huevo a una castaña, y más, teniendo en cuenta que la mayor está siendo entrenada para ser reina. En palacio se va diciendo que la pequeña es mucho más atrevida que la heredera. Que le van los retos y que se apunta a un bombardeo. Y una prueba de eso la encontramos en el internado de Gales donde las dos han hecho o están haciendo el bachillerato. Cuando estuvo Leonor, su nombre no sonaba en ninguna de las actividades diferentes que se llevaban a cabo en el centro, como una fiesta LGTBI con desfile incluido o sacar las banderas al patio. En cambio, de Sofía sí que se dice a menudo que cuando hay algún acto, fiesta, costumbre o actividad, más allá del temario obligatorio a hacer en clase, havia allí que se lanza de cabeza.
Por ejemplo, la infanta formó parte de un campamento de orientación, "caminar 20 km des de Porthcawl fins a Nash Point pel bonic camí de la costa de Gal·les. Van navegar per les espectaculars dunes de sorra de Merthyr Mawr, creuant el riu Ogmore abans de dirigir-se al seu càmping a Nash Point, acampar durant la nit i tornar al campus l'endemà". Mucho más escandalosa es otra costumbre de los amigos y compañeros de Sofía en el UWC Atlantic College, el de celebrar múltiples salidas nocturnas a escondidas, saltándose las reglas del internado, alterando la paz de los vecinos del pueblo de S. Donat's, haciendo mucho ruido y jóvenes borrachos por las calles a los que llaman "molesta plaga, agotando todas las existencias de bebidas alcohólicas".
En el internado de Gales no paran de hacer actos más allá de las asignaturas, y por ejemplo, este fin de semana ha habido fiesta grande. Este pasado viernes ha habido cena con música tecno, con la intención, según se lee en Lecturas, de "motivar a sus estudiantes en sus procesos de aprendizaje". Música, DJ's y hamburguesas con patatas a tutiplén. Y no queda aquí la cosa. Los estudiantes también han podido disfrutar de una festividad conocida como 'Holi', "el festival indio de colores. Esta fiesta única en el mundo se vive en primavera en la India y en Nepal, queriendo simbolizar el triunfo del bien sobre el mal", y en el centro han hecho su propia versión, cubriéndose los estudiantes con diferentes polvos de colores.
La mencionada publicación habla también, sin embargo, de otro ritual que se hace en el UWC Atlantic College por parte de los estudiantes que se encuentran allí. Un ritual "bastante extremo, muy popular entre los alumnos", según se describe, que llevan a cabo los compañeros de Sofía y que no sería nada de extrañar que la pequeña de Felipe y Letizia también hubiera aplicado en su día a día. Un ritual que directamente hiela la sangre. Y no lo decimos en sentido figurado, sino literal. Una tradición matinal que solo de pensarla ya nos coge frío. ¿De qué se trata? De un ritual "en el que los estudiantes acudirían a las frías aguas del Canal de Bristol cada mañana para darse un baño", según dicen, que "los refresque, aporte energía y con el que empezar el día de la mejor manera posible". ¿Saben a cuántos grados están cada mañana a aquella hora en el canal de Bristol? A 5 o menos... Vaya, que no serían precisamente unas aguas termales calentitas.
Una práctica que no es obligatoria, aunque por mimetismo, son muchos los que se lanzan sin pensárselo, cosa que hace pensar que la joven Borbón también es una de las que se zambulle de buena mañana en aguas a muy baja temperatura.