Día grande en Palma con la gran cita marcada en rojo en la agenda de la casa real. Y es que este jueves 3 de agosto (justamente cuando hace tres años que le dieron una patada al rey Juan Carlos para que se largara de España hacia Abu Dhabi y dejara de ponerles en ridículo) ha tenido lugar la recepción oficial en el palacio de Marivent a las autoridades de la isla y a celebrities y gente de la sociedad mallorquina, la cultura y el deporte. Los reyes Felipe y Letizia (sorprende que no se hubieran apuntado la princesa Leonor y la infanta Sofía), acompañados de la reina emérita Sofía, hacían el tradicional paripé de salir al patio y empezar a saludar a los más de 600 invitados que fueron a la cita.

Felipe Letizia Sofía recepción palacio Marivent 2023 casa reial5
Felipe, Letizia y Sofía, en la recepción en el palacio de Marivent 2023 / @CasaReial
Felipe Letizia Sofía recepción palacio Marivent 2023 casa reial6
Felipe, Letizia y Sofía, en la recepción en el palacio de Marivent 2023 / @CasaReial
Felipe Letizia Sofía recepción palacio Marivent 2023 casa reial3
Felipe, Letizia y Sofía, en la recepción en el palacio de Marivent 2023 / @CasaReial
Felipe Letizia Sofía recepción palacio Marivent 2023 casa reial2
Felipe, Letizia y Sofía, en la recepción en el palacio de Marivent 2023 / @CasaReial

El rey, como siempre con traje, camisa y corbata, y las reinas con dos vestidos largos estampados, con tonos blancos y azulados la asturiana, con tonos blancos y marrones su suegra. Las dos haciendo ver que se llevan a las mil maravillas, por si las moscas. Los jardines de Marivent constataron esta puesta en escena con el teatrín habitual y los besamanos de los 600 invitados. Más curiosidades de la velada: pusieron un ventilador gigante en la zona de prensa y el menú que ofrecieron a los invitados constó, como revela Vanitatis de 15 platos, catering que corrió a cargo de la chef Maca del Castro y su hermano Dani (los mismos que en la boda de Rafa Nadal con Xisca Perelló). Un menú donde se degustaron cacahuetes con cuatro especias, ensalada líquida de judía tierna, croquetas de sobrasada y de mejillón de Menorca, pan con aceite con queso mahonés y camaiot, trampó de tomate de Valdemossa, coca de berenjena con queso cuidado y arenques, espinagada de anguila, banderilla poblera, ralla con tumbet y codorniz con escabeche. Y de postre: ensaimada con chocolate, gató con cremoso de limón y piñones. Y todo regado con vinos Pla y Llevant y Binissalem.

Entre los invitados: la presidenta del Gobierno balear, Marga Prohens; el presidente del Consejo, Llorenç Galmés; el alcalde de Palma, Jaime Martínez; la diseñadora Charo Ruiz; la creadora de joyas Isabel Guarch; el nieto de Miró, Joan Punyet, que lleva la fundación; el equipo del Palma Futsal; el escultor Lolo Garner; las empresarias Paula y Carmen Serra; Cristina Zaforteza, propietaria del jardín del Alfabia que visitaron los reyes y sus hijas en el posado solo llegar; o el cocinero Koldo Royo. No estaba, en cambio, una de las mayores fans que tiene el Borbón en Palma. Una mujer anónima que seguro que si hubiera ido a Marivent, a estas horas echarían de menos alguna pieza del palacio. Y es que como explica el Diario de Mallorca, el rey fue el martes a cenar con unos amigos a una terraza del restaurante Vermutería San Jaime, en el Paseo Mallorca, muy popular ahora y cuando se llamaba La Cuchara. "Como era un día de mucho calor, eligieron cosas sanitas y fresquitas," dice el propietario sobre el menú.

vermuteria san jaime
Vermuteria San Jaime de Palma

Pero mientras Felipe y compañía disfrutaban del festín,  "ni los comensales ni los escoltas se apercibieron de una mallorquina que paseaba por los alrededores y que se quedó cautivada al contemplar al monarca". Una mujer que  "aguardó a que la comitiva real abandonara el local para coger la silla donde se había aposentado el Jefe del Estado, a fin de trasladarla a su casa". Así podría tener la silla donde Felipe puso el culo durante dos horas... Una silla como esta:

silla rey restaurando
 

¿Qué ha dicho el propietario? Que "no había notado específicamente la ausencia. Si pasó y falta la silla, no lo sé, no lo puedo decir". La mujer no teme haber sido grabada por las cámaras de seguridad y que nadie en el local se dio cuenta. Para ella, la silla ahora tiene un valor histórico, y que "deseaba compartir una silla donde antes se había sentado el Rey, estableciendo así una especie de parentesco". El medio añade que "después de esperar cautelosamente a que los comensales abandonaran el local y de proceder a su acción, la persona que se ha apropiado de la silla también señala su confianza en que este mueble le aporte buena fortuna"... Si finalmente la silla le da suerte, que se prepare el propietario de la Vermutería San Jaime que no ganará para sillas... Habrá peregrinación de palmeros que irán allí y se las llevarán.