Se acerca el esperado día en el que Iñaki Urdangarin estampe su firma en el acuerdo de divorcio y deje de pertenecer a la familia real. Ya solo le unirá a la infanta Cristina sus cuatro hijos, a partir de hoy, todos mayores de edad. El proceso de divorcio está siendo largo y complejo. Una carrera repleta de obstáculos y es que ninguno de los dos se pone de acuerdo. No están dispuestos a ceder en todo.
Iñaki Urdangarin pide una pensión mensual de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros por el libro que renunció escribir con los secretos de Zarzuela, varias propiedades en la costa francesa a su nombre, mantener sus escoltas y financiar todos los viajes relacionados con sus hijos. Por otro lado, la infanta Cristina le obliga a no casarse con Ainhoa Armentia, y de momento tampoco le deja que la abogada conozca a sus cuatro hijos. En principio será Juan Carlos quien se ocupará de sufragar estos gastos. El emérito le ha recomendado a su hija ceder en todo, ya que hay que garantizar el silencio del exduque. Sabe demasiadas cosas de la corona que podrían hundirla por completo.
"Hay una complicación fundamental. Este acuerdo pasa por firmar un convenio regulador y, al tener los hijos mayores de edad, aunque algunos son dependientes; estaría sobre todo a falta de la firma por cuestiones económicas”, reveló Paloma García-Pelayo.
El divorcio se firmará previsiblemente en estos días ahora que Irene ya es mayor de edad. "En el caso del todavía matrimonio, se acogerían a la ley que en 2015 reformó la ley del divorcio que se puede hacer ante notario, que es la jurisdicción voluntaria, pero exige también que vayan personalmente, firmen con asistencia de abogado y que sea en un territorio competente”. Paloma desveló entonces: "Me dicen, como novedad, que es muy probable que sea en Ginebra, que es el último domicilio conyugal del matrimonio. Podría ser en Vitoria como domicilio de él, pero no veo yo a la infanta firmando en Vitoria con todo lo que supone. En Barcelona tampoco porque tiene que ser el último domicilio que han tenido".
Según la periodista, la infanta Cristina no está dispuesta a soportar una humillación pública. "El problema económico es porque Iñaki Urdangarin tiene que recibir una asignación o compensación por parte de la infanta Cristina, por la diferencia patrimonial y de circunstancias económicas, y ahí es donde el acuerdo está siendo un poco más lento o complicado”.
Paloma desveló entonces: "La Infanta no está dispuesta a financiar la vida del que hasta ahora es su marido después de que haya empezado una relación sentimental con otra mujer y tiene otra vida”.
Iñaki Urdangarin podría romper su silencio si no se cumple con sus requisitos
Iñaki Urdangarin podría hablar de todos los miembros de la familia, especialmente de Letizia. Una de las personas con las que más relación tuvo en los primeros años de la periodista como princesa de Asturias, pero que ahora se ha convertido en su principal enemiga. Desde que les salpicó el caso Nóos, ni ella ni el rey le han ayudado en nada, han dejado que se hundiese.
Entre sus vivencias habla del aborto de Letizia, que se produjo un año antes de conocer a Felipe. En 2002, el año en el que conoció al entonces príncipe de Asturias. Según Rocasolano, fue citado en la Zarzuela por la propia Letizia. “Tuve un aborto hace un año en la clínica Dator de Madrid. Fue una intervención de la que me gustaría que no se supiera nada”, le dijo Letizia. ¿Y por qué se lo explicó? “No lo entiendes, si esto lo sabe la madre de Felipe, la boda es inviable”, añadió. “Quiero que vayas a la clínica y limpies todos los papeles que hay allí”, seguía la reina.”Esto hay que hacerlo ya”, dijo el rey.
“Felipe no se había atrevido a encargárselo a alguien de su entorno porque temía que se filtrara la información al rey”, contaba el autor. “Estábamos dando un pequeño golpe de Estado íntimo y muy arriesgado: Felipe y Letizia estaban solos en este problema", zanja Rocasolano.