La prensa rosa y la convencional convergen en una figura: el jefe del Estado. Este año han confluido por la prisión de Urdangarín o las cintas de Corinna. Desde el discurso del 3-O en que el rey Felipe VI se decantó por un bando sin consideración al otro, su papel simbólico ha caído a plomo. Símbolo sigue siendo, pero de una determinada España. Después de los perfiles de las reinas Letizia y Sofía y del rey Juan Carlos queda la de la cabeza que sostiene la Corona. De lo publicado sobre Felipe, lo menos condicionado lo encontramos en el libro Adiós Princesa, escrito por su primo político David Rocasolano, con quien mantenía buena relación durante el cortejo y los años posteriores a la boda real. Ahora se han distanciado. Lógico después de que el primo publicara las facturas de las ecografías del hijo nonato de Letizia.

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A diferencia del rey emérito, Felipe es "accesible, cercano, cordial, educado" pero hay una parte desconocida que merece ser explicada: "Felipe descorcha su botella de Vega Sicilia de 250 euros". Mientras Letizia es abstemia Felipe adora el vino de lujo. Su obsesión llega a un extremo de lujo ridículamente caro: "Pensaba que me enseñarían la biblioteca y lo que vi fue una vinoteca particular inmensa, pisando arena de playa traída expresamente del Índico porque, según me dijo Felipe, tiene las condicionas perfectas para mantener la humedad". Como si Felipe fuera un emir saudí pero en Madrid. Letizia se asustó que aquello se supiera: "Hazme un favor, sé discreto con lo de la bodega"

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El primo atribuye el temor de Letizia no al hecho que se supiera que viven entre un lujo obsceno sino para evitar que se especulara con la leyenda de que el rey Juan Carlos bebe demasiado. Otro mito que el libro trata es que Felipe es seguidor del Atlético de Madrid: "Es un sambenito que me han puesto. No me gusta el fútbol" y el primo considera que el rey "no distingue la liga de la copa". Más interesante es cuando tumba el mito de su mote "El Preparao". Felipe es licenciado en Derecho y Económicas y tiene la carrera militar. ¿Un superdotado? Felipe confiesa: "Tampoco hice exactamente la carrera. Me centré en asuntos puntuales que tenía que conocer. No estoy capacitado para ejercer de abogado".

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El libro revela la envidia de Juan Carlos respecto del hijo. "A Felipe lo tratan como a un crío, su criterio no es tenido en cuenta. Juan Carlos temía que le robara protagonismo". Y para rematar a Felipe pone en boca del rey su pánico a una reforma constitucional que pueda fulminar la monarquía. Con la obligación de acabar con la discriminación machista en la sucesión al trono tiene que mojarse sobre la reforma de la Corona y se muestra temeroso: "No debería hacerse solo sobre la Corona, debería incluir otros aspectos como el Senado. Acabaría siendo un referéndum sobre la idoneidad de la monarquía... No es el momento". Hay que esperar a que Leonor se quede embarazada.