El año 1992 una mujer irrumpió en la vida del entonces rey Juan Carlos. Una periodista con quien hizo muy buenas migas. Qué diferencia con Letizia. Una de las pocas personas que tuvo el privilegio de pasear muy cerca del emérito por Zarzuela, de navegar a su lado por las aguas de Mallorca o almorzar con la Familia Real en Marivent. Selina Scott, una periodista que aquel año grabó un documental sobre la vida del monarca español y de quiénes se dijo que tuvieron una estrecha amistad y no fueron pocos los que especularon con algo más.
Scott estuvo muchas horas con Juan Carlos. La periodista, de fisonomía similar al de su gran amiga Lady Di, incluso explica que "Volví a Madrid unos meses después para enseñarle una primera versión del documental, que le gustó, y me quedé a comer". No tuvo el mismo feeling con Donald Trump. Todo lo contrario. Mientras estaba en el avión privado del ahora presidente norteamericano, para hacerle un reportaje de seguimiento, confiesa que "Estábamos a 30.000 pies de altura en el avión avión privado de Trump volando a Florida, cuando me mostró su cama doble de cuero blanco. ‘Me gustan las cosas hermosas’, ronroneó seductoramente. ‘Por eso me gustas tanto’”. Y así, durante mucho tiempo y muchas cartas dirigidas a ella donde Trump se pasaba de la raya. Hasta que amenazó con denunciarlo.
El tiempo ha pasado y ahora Scott, a sus 69 años, y después de escribir algunos libros, decidió cambiar de vida. Se estableció en una granja en el norte de Yorkshire y decidió criar cabras para hacer calcetines y complementos que comercializa bajo la marca Naturally Selina Scott. Defensora acérrima de los animales, participa a menudo en conferencias en su defensa, uno de los últimos trabajos que hizo como periodista fue un programa de televisión donde recorría castillos británicos y casas de lujo. Eso y una participación hace un año en un reality donde personas de la tercera edad hacían un viaje por la India.